La actriz y activista francesa Brigitte Bardot, icono sexual en la década de los sesenta y con más de 40 películas en su haber, asegura que toda su vida ha sido “prisionera” de sí misma.
“Prisionera de mi físico, de mi imagen, de mí. Nunca he podido llevar una vida normal. Ir a tomar una copa a un restaurante. Caminar por la calle para mirar escaparates”, indicó en una entrevista en el diario “Le Figaro” difundida hoy.
La intérprete de cintas como “Et Dieu… créa la femme” (Y Dios creó a la mujer), reconvertida en ferviente defensora de los derechos de los animales, aseguró que, pese a la admiración que despertaba, nunca se consideró guapa.
“Estuve incluso acomplejada por mi cara. No podía creer que se me quería por mi belleza: había muchas otras mujeres mucho más guapas. ¡Ahora me digo que tendría que haber estado mucho más segura de mí misma! Pero sobre todo, me habría gustado que se hubiera tenido sobre mí una mirada más amable”, añadió.
Bardot, que a sus 82 años está volcada en la defensa de los animales tanto en Francia como en extranjero a través de su fundación homónima, añadió que sabe aguantar las críticas contra ella porque “en el fondo” es fuerte.
A menos de mes y medio de las elecciones presidenciales de abril y mayo, la actriz declaró sus simpatías por la líder del partido ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, aunque reconoció que también le gusta el dirigente izquierdista Jean-Luc Mélenchon. EFE