En impagable se ha convertido para muchos tachirenses la educación de sus hijos, ya que la mensualidad en los colegios privados ha sufrido hasta tres y cuatro incrementos desde que comenzó el periodo escolar 2016-2017. Esta situación genera preocupación en los padres, quienes temen no poder terminar de cancelar el año escolar, si persisten los aumentos presidenciales. Así lo reseña La Nación.
Y es que con cada decreto del Ejecutivo nacional, los colegios han hecho los correspondientes ajustes sin convocar a asamblea de padres y representantes, aseguró María Flor Rueda al comentar que desde que empezó el año escolar le han subido cuatro veces la mensualidad, incluyendo el último aumento, debido al ajuste de la Unidad Tributaria.
“Inscribí al niño con una mensualidad que rondaba los 18.000 bolívares, pero con el aumento salarial de 50 %, del 1 de septiembre, me quedó en Bs. 23.000. Luego, en noviembre, comencé a pagar 28.000 bolívares, pero en enero nuevamente subió el salario y por ende el pago del colegio a Bs. 33.000. Hace una semana me informaron del nuevo ajuste por el incremento del cesta-ticket y ahora debo pagar Bs. 39.000”, narró.
Con pesar, la representante de un niño de cinco años admitió que cada vez que se decreta un aumento salarial se cuestiona si podrá o no terminar de pagar el colegio, o si lo podrá inscribir para el año siguiente. No se explica cómo harán quienes tengan más de un hijo.
Cálculos
Rueda no es la única que se hace esas preguntas, ya que cientos de padres realizan los cálculos necesarios para tratar de mantener la educación privada de sus hijos, que incluso en algunos casos rebasa lo que perciben mensualmente, caso de Paola Ramírez, cuya hija cursa primer grado en un colegio ubicado en Barrio Obrero.
“Yo estaba haciendo el sacrificio de tener a mi hija en un colegio privado, pero cada vez me queda más difícil. Los números no me dan, la mensualidad llegó a superar mis ingresos y vamos a mitad de año”, expresó con angustia al no saber si podrá seguir pagando la institución, tomando en cuenta que puede haber otros aumentos salariales y que todavía faltan cuatro meses para culminar el año escolar.
Ramírez pasó de cancelar 23.000 bolívares a Bs. 67.000. Y aunque está consciente que el colegio está en la obligación de pagarles a sus empleados los aumentos presidenciales, les pidió a los dueños de colegios que se pongan en el lugar de los padres, que ya no tiene cómo seguir pagando esos incrementos.
Igualmente, a Jhoana Martínez le preocupa que luego de los tres aumentos que le hicieron este año al colegio de su hijo, ubicado en la urbanización Mérida, aún no le hayan aplicado el ajuste de la Unidad Tributaria. Comenzó pagando 15.000 bolívares y la mensualidad del mes de febrero la canceló en Bs. 35.000.
“No quisiera pensar en más aumentos, porque todavía falta el del 1º de mayo. Y es que el Gobierno no entiende que debe atacar el problema de raíz, como la inflación, porque esos ajustes solo incrementan más el ya muy alto costo de la vida. El colegio, que antes pagaba sin problemas, al que dedicaba si acaso 20 % de mis ingresos, hoy se me hace impagable porque supera mi salario”, sentenció.
Y es que la desesperanza embarga a los padres ante la realidad económica del país, más para aquellos que tienen dos, tres y hasta cuatro hijos.
Aumentos desmesurados
“Los aumentos han sido desmesurados, casi de 10.000 bolívares cada vez. Con todo el dolor del alma, tuve que sacar a mis hijos de la institución, porque por el de primaria cancelaba 31.000 bolívares y por el de educación inicial más de 40.000. A la final necesité ayuda de mis padres para terminar de pagar y retirar los papeles. La buena educación que quería para mis hijos quedó comprometida”, afirmó Ruth Araque.
Y es que algunos representantes se han visto en la necesidad de retirar a sus hijos de los colegios para meterlos en otros de menor costo; incluso no están descartados los planteles públicos.
“Comencé cancelando Bs. 56.000 por el turno completo y ahora voy en Bs. 82.000 mil. Estoy buscando cupo para mi hija en otra institución, algo que se ajuste a mi presupuesto. Todavía puedo pagar un colegio privado, así que es cuestión de buscar. Meterla en una escuela pública sería la última opción, pero ahorita no está entre mis planes -aseveró Ingrid Arias, al hacer referencia a la educación de su pequeña de tres años”.
Mientras los padres buscan opciones, hacen ajustes de sus finanzas, recalculan los ingresos y egresos, lo más certero es que las tarifas no se estanquen porque se prevé más aumentos salariales por parte del Ejecutivo nacional durante el trascurso del año; quizás el más inmediato sea el incremento que se acostumbra para el Día Internacional del Trabajador, el 1° de mayo.
Raquel Rodríguez asegura que su sueldo no le da para colegio y transporte, por lo que recibe ayuda de su madre y su hermano para pagar la mensualidad. La escuela, ubicada en Catia, comenzó cobrando 10.600 mensuales, en noviembre pasó a 14.840, en enero a 17.066 y en marzo ya va por 21.844. “Como madre, seguiré sacrificándome”, precisa.