En junio del 2009, se anunció que China, por medio de la petrolera estatal Grupo Sinopec, había comprado la empresa de exploración Addax Petroleum Corp. por US$ 7.190 millones, en lo que sería, al momento, la mayor adquisición internacional por parte de una empresa china.
Por Horacio Medina
El acuerdo le permitía a Sinopec, aumentar su presencia, en una de las fronteras de exploración más prometedoras del mundo: las costas de Africa occidental— y establecer a la compañía en una región rica en petróleo pero políticamente sensible de Iraq, el Kurdistán.
La transacción también resaltaba el creciente apetito por el riesgo entre las empresas chinas de recursos naturales. Durante años, tendieron a actuar con cautela, especialmente después de que presiones políticas de Estados Unidos obligaron a la petrolera china CNOOC Ltd. a abandonar su oferta de US$ 18.500 millones por la estadounidense Unocal Corp. en 2005.
Ayer de nuevo la empresa Addax, propiedad de la estatal de China, Sinopec, volvió a ser noticia., esta vez no agradable. Ayer se anunció que el director general del grupo petrolero Addax en Ginebra, Zhang Yi, y su director jurídico, Guus Klusener, han sido detenidos y acusados de soborno y corrupción por presuntos pagos dudosos de varios millones de francos a funcionaros extranjeros. El Ministerio Público de Ginebra ha abierto un procedimiento penal contra ambos por sobornar presuntamente a agentes públicos extranjeros y subsidiariamente por gestión desleal de la empresa.
El pasado lunes las autoridades ginebrinas ordenaron registrar las oficinas de Addax. Según la agencia suiza ATS, la auditora Deloitte se había negado a firmar y validar las cuentas de la empresa en Ginebra al apuntar a transacciones dudosas en una declaración fechada en diciembre pasado. Esos pagos habrían sido efectuados por una filial británica del grupo ginebrino, adquirido en 2009 por Sinopec. Más de 20 millones de dólares en gastos jurídicos habrían sido embolsados a abogados en Nigeria y Estados Unidos.
Además, más de 80 millones de dólares fueron pagados a una empresa de ingeniería por trabajos de construcción en Nigeria. A juicio de la auditora, ese importe era demasiado elevado para las prestaciones que se indicaban.
Los desembolsos podrían haber beneficiado a responsables gubernamentales y miembros de la dirección de Addax, según la información que llegó a Deloitte, que recalca, no obstante, que estas alegaciones “no han sido probadas”.
La auditora había alertado a Addax en marzo de 2016 antes de pedirle una investigación independiente, pero el grupo petrolero tomó medidas para poner fin a su relación contractual con la empresa, que renunció en diciembre pasado a su mandato.