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La decisión constituye un paso más del Supremo en contra del Parlamento que desde que pasó a manos de la oposición en enero del 2016, ha sido desacreditado por el máximo tribunal que ha alegado que la AN se encuentra en desacato por haber incorporado a tres diputados indígenas cuyas elecciones fueron cuestionadas por el chavismo.
El presidente de la Asamblea, Julio Borges, aseguró desde la sede del Parlamento que el Gobierno venezolano ha dado un “golpe de Estado” a través del Supremo y advirtió que los diputados opositores no acatarán esta decisión.
“Es un golpe de Estado, y quiero que el mundo nos ayude y los medios nos ayuden a decirlo con todas sus letras: en Venezuela Nicolás Maduro dio un golpe de Estado”, dijo Borges que rompió en pedazos la sentencia y la calificó de “basura”.
“Estos señores de la Sala Constitucional tienen los riñones (la osadía) de creer que en estos momentos van a pasar por encima del pueblo venezolano”, expresó.
Asimismo, un grupo de diputados opositores se movilizó hasta la sede del TSJ en el oeste de Caracas para manifestar su repudio a la decisión y gritar ante la estructura que alberga a la máxima corte que no acatarán el fallo.
Los diputados llamaron a los ciudadanos a la “rebeldía” ante lo que consideraron como un “golpe de Estado y el parlamentario Carlos Paparoni dijo que si los magistrados no le dan paz al pueblo “entonces que tampoco tengan paz ellos”.
El legislador Juan Requesens dijo que la visita al TSJ fue para “devolverles” la sentencia a los jueces y para asegurarles que tomarán las calles para protestar. EFE