Los altos costos y la falta de repuestos son las principales razones por las que una parte de la población ha decidido mantener sus vehículos paralizados y usarlos únicamente para ocasiones excepcionales, mientras que en otros casos, los carros se mantienen en los talleres durante días, semanas e incluso años, esperando para ser arreglados. Así lo publica El Impulso.
Es una realidad que cada día afecta a más venezolanos debido a que el poder adquisitivo ha ido en declive. “Un sueldo mínimo no alcanza para mantener un automóvil” fue la expresión usada por varios de los encuestados para describir la razón por la cual prefirieron pasar de ser conductor a peatón.
“Mi carro me lo compré con esfuerzo hace algunos años. Con cada quincena iba a ahorrando un poquito, con eso y un crédito pude comprarlo. Ahorita no sé cómo harán los que quieren comprar un carro porque ni hacerle el mantenimiento se puede. Yo tengo que pedir prestado o dejar de comprar algunas cosas importantes para poder estar rodando”, expresó Sofía Camejo a El Impulso, quien aseguró que ha pensado en varias oportunidades no usar tanto su vehículo para evitar algunos daños.
Sin embargo hay otros que no corren con la misma “suerte”, debido a que ni siquiera ahorrando pueden costear los gastos que representa actualmente tener un auto. Carlos Gómez es uno de estos que pasó a ser peatón por no contar con los recursos para comprar todos los repuestos que necesita para reparar el motor de su carro.
Lleva cerca de un mes recorriendo ventas de repuestos para localizar aquellos que sean “buenos, bonitos y baratos”, según expresó. Poco a poco, así ha comprado lo que amerita y, a pesar del esfuerzo, todavía no ha logrado comprar los más costosos, tampoco reunir para pagar la mano de obra del mecánico, expuso.
Salarios
Los salarios de los venezolanos han ocasionado que ahora tener un auto sea “un lujo”, debido a que al menos cada trimestre debe realizarse algún tipo de mantenimiento que puede alcanzar e incluso sobrepasar los 100 mil bolívares.
La alineación y balanceo de los cauchos tiene un costo de 60 mil bolívares en algunos talleres especializados, cada 5 mil kilómetros es recomendable hacerle dicho trabajo al carro para que no falle tan pronto.
Y no se trata únicamente de los precios, también es el hecho de no conseguir las opciones de las marcas correspondientes, lo que afecta más a quienes tienen algunos modelos antiguos, debido a que casi no llegan repuestos que permitan cambiar las piezas dañadas, viéndose obligados a paralizarlos.
Tal es el caso de Guillermo Garrido, quien tiene un Malibú del año 1977, lleva más de dos semanas intentando comprar un repuesto pero no ha logrado conseguirlo, en los negocios aseguran que por tratarse de un carro antiguo es difícil obtenerlos.
“Tengo varios amigos que me han ayudado a buscar y cada vez que pueden preguntan por las cosas que necesito para recuperar mi carrito, pero hasta así está siendo difícil”, dijo Garrido.
Dejarlos en casa
Hay otros casos que pueden considerarse “peor” y son aquellos donde se aplica la frase “más vale prevenir que lamentar”. Y es que ahora los ciudadanos han optado por dejar su carro en su hogar y usar el transporte público, todo para evitar que el arreglo del vehículo, sea otro gasto que se genere.
Lo usan solo para ocasiones “especiales”, así lo dijo José Rivero quien desde hace un mes pasó a ser nuevamente peatón. “Es increíble cómo uno ha perdido esos beneficios, por así llamarlos, todo por la situación del país”.
Aseguró que además de prevenir el daño del auto, tomó la decisión de no usarlo como solía hacerlo porque a principio de año intentaron robárselo. Si bien el hurto no fue del todo “satisfactorio”, los delincuentes sí lograron llevarse la batería y el equipo de sonido, lo que representó un gasto adicional a lo que tenía previsto.
La reparación de un carro desajusta cualquier presupuesto, el simple hecho de realizarle mantenimiento también, es por eso que otras personas que solían tener dos o más vehículos, optaron por vender alguno de estos.
“Muchas personas me han ofrecido sus carros para comprarlos pensando que yo vendí el mío y porque ellos se van a quedar solo con uno. Lo que ganan no les da como para mantener dos carros, eso ahorita es una plata. Y ya eso de que el esposo mantenga el auto de la mujer no va, cada quien paga lo suyo o se quedan con uno solo”, agregó Rivero.
Asimismo dijo que únicamente cuando sale con toda la familia es que hace uso de su carro, de lo contrario, cada quien se va a sus labores por su cuenta usando el transporte público.
Esto se ha convertido en una realidad ya frecuente, que ha afectado cada vez más venezolanos por el poco poder económico con que se cuenta.
Entre talleres y compra de repuestos
Los mecánicos y encargados de tiendas que venden repuestos son otros de los protagonistas en esta problemática. También debe hacer “milagros”, pues no les conviene tener un carro ocupando espacio en sus talleres o tener que recibir constantemente devoluciones, las cuales son consideradas como “el gran dolor de cabeza”, según los vendedores.
Ellos aseguraron que los precios pueden incrementar incluso de manera diaria, depende del monto en que se encuentre el llamado “dólar negro”, pues desde hace algunos años no reciben dólares preferenciales, siendo esta la principal causa de lo que hoy se está viviendo.
Importar calidad ahora es sumamente costoso, pues un kit de tiempo llega a valorarse en 200 dólares, lo que significaría aproximadamente un millón de bolívares con la ganancia que debe obtener el vendedor. “¿Quién va a pagar tanto por eso?” expresó una vendedora de la calle 42 quien prefirió no ser identificada.
A pesar de las adversidades y de lo caro que puede llegar a ser, ella intenta importar aquellas herramientas que estén más cerca de lo original, con la mayor calidad posible.
“Hay unas incluso que resultan mejores, porque están hechas para durar más tiempo y si bien no son de la marca a la cual la gente está acostumbrada, resulta favorecedor comprarlas”, dijo la encargada del local.
Trampas
Sin embargo estos no están exentos de “las trampas” que hacen algunas compañías o los importadores, quienes intentan engañar al comprador colocando etiquetas de marcas reconocidas sobre la verdadera, que lo más probable es que sea china.
“En 2007 hasta el 2009 hubo muy buena oferta. Se tenía divisa preferencial y se ofrecía calidad”, dijo un encargado de taller automotor quien lamentó que en la actualidad no se tenga el respectivo control, que solía tenerse, del Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (Sencamer).
El hecho de no contar con los repuestos reconocidos y por ende, se vendan algunos sin garantía, significa un problema para quienes se encargan de este tipo de talleres, asimismo, los altos costos implica un mayor tiempo con el vehículo paralizado.
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