La pasada semana afirmamos que: “Nadie puede contra un pueblo decidido” y eso es cierto, puesto que si un conglomerado popular está absolutamente consciente de su necesidad, con seguridad se incorporará con decisión y coraje a librar, a cualquier costo, la lucha que lo conduzca a alcanzar sus objetivos.
Por César Ramos Parra
El pueblo venezolano, en su inmensa mayoría, tiene la férrea voluntad de recuperar para sí, su libertad, el Estado de Derecho y la senda del progreso, que le ha sido conculcado por este gobierno de Maduro. El Presidente ha perdido, de manera irreversible, toda credibilidad, respaldo popular y legitimidad. Un líder, en su circunstancia, no tiene otra opción que buscar una salida honrosa para satisfacer la aspiración del pueblo que desea una nueva esperanza, un nuevo camino….! Aferrarse al poder será la peor torpeza y con seguridad, le acarreará mayores decepciones. El Presidente Maduro ha de entender que su liderazgo concluyó.
De igual forma, los líderes de los grupos opositores, deben asumir con alto sentido ético el ejercicio de su accionar político para convertirse en instrumento auténtico de esa legítima aspiración popular. El pueblo le exige a su dirigencia política opositora, en estos momentos cruciales para recuperar la senda democrática, la libertad y el Estrado de Derecho, una altísima dosis de desprendimiento, diferir sus agendas políticas particulares para consolidad una postura auténticamente unitaria, expresiva de los más altos intereses nacionales. Tiempo habrá para que cada grupo o partido reconquiste sus espacios. Este pueblo, que ha alcanzado una gran madurez política, observa atento el comportamiento de sus diversos líderes y grupos y sabe quién o quiénes han adaptado su agenda al interés general.
Se necesita por tanto, UNIDAD de los todos los factores democráticos para ser eficaces en estos momentos cruciales, donde todo apunta a visualizar con racional optimismo el final de un lamentable proceso de nuestra historia que demandará aún, una acción orientada a incorporar muchos otros sectores, que todavía permanecen rezagados. Si éstos observan la prevalencia de factores disímiles en el bloque opositor, no se incorporarán a esta lucha. Por ello, interpretando el sentimiento de las mayorías, hago un llamado respetuoso y cordial a todos los grupos democráticos del Zulia a concretar una efectiva unidad de propósitos y acciones, para alcanzar el éxito.
Los componentes que ya se han incorporado, deberán acentuar su FIRMEZA. No podemos desmayar en nuestra lucha de calle, pacífica, democrática y constitucional, cada día, sin tregua. Ese debe ser un movimiento envolvente, no sólo de las organizaciones políticas, sino de todos los ciudadanos, luchando por nuestros objetivos, ya que nuestra crisis es esencialmente política: respetar y acatar las decisiones de la Asamblea Nacional, liberar los presos políticos y concretar un cronograma electoral, que en el MÁS BREVE PLAZO, permita designar un gobierno legítimo y legal, a todos los niveles, que surja de la voluntad popular.
Finalmente, la FE. Ella no es otra que la convicción, la seguridad o la confianza de que más temprano que tarde, lograremos revertir esta situación de calamidad por la cual atraviesa nuestro pueblo. Para quienes somos creyentes, es la confianza en la justicia divina y en el Señor o Ser Superior quien nunca abandona a su pueblo que cree ciegamente en él. Esa FE, debe ser el motor que impulse nuestras luchas para que Venezuela vuelva a ser un país alegre, de progreso, pacífico, solidario cuya población siempre buscará alcanzar la libertad, el bien común y la justicia social.
CÉSAR RAMOS PARRA
Profesor Universitario