Hay cuentas que, por astronómicas, parecen increíbles. Como la del incremento en el precio de un cartón de huevos en supermercados del Táchira: en los últimos cinco años experimentó un alza de 24.900 %, es decir, ahora cuesta casi 250 veces más que hace un lustro. Así lo reseña La Nación.
Para este cálculo se tomó como punto de partida abril de 2012. No hace mucho… Entonces, un kilo de naranjas costaba 5 bolívares, un kilo de jamón de pierna se vendía en 74 bolívares y por una bolsa de detergente los tachirenses pagaban 20 bolívares. El cartón de huevos marcaba precio de 36 bolívares.
La inflación hizo su trabajo durante este tiempo. En abril de 2013, ese mismo cartón había aumentado su precio a 70 bolívares. Casi el doble. Y, para el mismo mes de 2014, se cotizaba en 150 Bs. Ahora, un poco más del doble, si el precio se analiza de forma interanual.
En abril de 2015 el cartón tenía un importe promedio de 350 bolívares. Un año exacto después, en 2016, cargarlo del mercado a la casa resultaba casi siete veces más pesado, pero al bolsillo: había subido a 2.400 bolívares.
Ahora mismo, en abril de 2017, el precio del cartón de huevos está a punto de alcanzar un monto histórico de cinco dígitos. Dependiendo del proveedor, se consigue entre 8.500 con más suerte y 9.500 bolívares en las cadenas de supermercados más costosas; por lo que, para estos cálculos, se consideró un precio promedio de 9.000 bolívares.
Hace cinco años cada unidad costaba 1,2 bolívares. Con un salario mínimo de aquel tiempo, un consumidor podía comprar hipotéticamente hasta 1.290 huevos al mes. 43 cartones.
A la fecha, cada unidad cuesta 300 bolívares. Con un salario mínimo actual, un consumidor puede hipotéticamente comprar hasta 135 huevos al mes. Cuatro cartones y medio.
Las razones
El Táchira pasó de potencia avícola a condición ruinosa. Datos de hace cinco años referían que en la entidad se producían 860.000 huevos al día. Las más recientes estimaciones que ha ofrecido el gremio de avicultores (en 2016) calculaban la producción en 160.000 diarios.
Detrás de esta estrepitosa caída se cuentan granjas quebradas; y, en las sobrevivientes, dificultades para conseguir alimentos que mantienen una curva de incremento de precios imparable, así como medicinas veterinarias que ya no se consiguen en el mercado.
En la región agrava este panorama la inexistencia de una planta privada que pueda asistir a particulares, indican productores: “Somos 100 % dependientes de alimentos balanceados y la inflación es desmedida. Cada saco ronda los 70.000 bolívares”, relató una fuente dedicada a la cría de gallinas ponedoras en la zona norte.
Cada animal debería consumir unos 120 gramos al día, pero el problema no es solo de cantidades. “Otro asunto grave es que los alimentos que llegan al país no se están formulando con los ingredientes tradicionales. Estamos dando otras dietas y eso repercute en niveles de producción más bajos”, apuntó otro productor, en este caso, de la zona sur.
Sectores vinculados al Gobierno aseguran que los productores, distribuidores y comercializadores de huevos mantienen una campaña especulativa e intencional en el alza de los precios, para perjudicar a los consumidores en el contexto de una “guerra económica”.
Mientras Fedenaga reporta una disminución sostenida en el consumo de carne de res, los huevos han sido una proteína sustituta recomendada por nutricionistas. Pero las claras y las yemas también son un reflejo del ritmo inflacionario del país durante los últimos cinco años.