El político venezolano Henrique Capriles Radonski criticó la imprecisión de los pronunciamientos más recientes del Papa sobre el golpe de Estado en ese país. Francisco apuntó a la división interna de la oposición
Por Evan Romero-Castillo para Deutsche Welle
Este sábado (29.4.2017), a bordo del avión que lo transportaba de El Cairo a Roma, el jefe de Estado del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio, respondió a una pregunta del periodista Antonio Pelayo, de la televisora española Antena 3, sobre la crisis político-institucional que golpea a Venezuela. Bergoglio señaló que hacía falta crear condiciones para el relanzamiento del diálogo truncado entre el Ejecutivo de Nicolás Maduro y la mayor alianza de partidos opositores del país, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Bergoglio dio a entender que los expresidentes iberoamericanos que habían actuado como facilitadores de las negociaciones entre chavistas y antichavistas en 2016 –el español José Luis Rodríguez Zapatero, el panameño Martín Torrijos y el dominicano Leonel Ferndández– estaban “insistiendo” para reanudar sus esfuerzos de mediación: “Todos conocemos la difícil situación de Venezuela, que es un país que quiero mucho. Sé que ahora están insistiendo –no sé bien de dónde; creo que de los cuatro presidentes– para relanzar esta facilitación”.
Vuelve a hablarse de diálogo
La máxima autoridad del Vaticano dijo que sectores de la MUD se resistían a retomar el diálogo con el Ejecutivo de Maduro. “Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso porque parte de la oposición está dividida. Y los conflictos parece que se agudizan cada vez más. Hay algo en movimiento, pero está muy en el aire todavía”, agregó. “Todo lo que se pueda hacer por Venezuela hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias. Si no, jugamos al pin-pin pirulero y no va la cosa”, comentó Bergoglio.
Sus declaraciones causaron escozor en Venezuela, donde la oposición antichavista viene orquestando protestas desde hace un mes contra el golpe propinado al Poder Legislativo. La Asamblea Nacional es la única instancia estatal donde la oposición tiene la mayoría; el resto de las instituciones públicas están dominadas por fichas del oficialismo, contrariando el principio constitucional de la separación de poderes. El Tribunal Supremo de Justicia emitió una sentencia el 29 de marzo que despojó al Parlamento de sus facultades.
El dirigente opositor Henrique Capriles Radonski criticó la imprecisión de los pronunciamientos más recientes del papa Francisco sobre la crisis política nacional. Francisco apuntó a la división interna de la oposición. “Escuché unas declaraciones del Papa. Él dice que la oposición está dividida; eso no es verdad. Él habla como si unos quisieran dialogar y otros no. Los venezolanos todos queremos dialogar; pero no estamos dispuestos a un diálogo ‘Zapatero’ ”, sostuvo Capriles Radonski, miembro del partido Primero Justicia.
Desazón en Caracas
Capriles Radonski, quien es gobernador del importante estado central de Miranda e hizo sudar tanto al difunto Hugo Chávez (1999-2013) como a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2012 y 2013, le recordó a Bergoglio que Maduro había consumado un golpe de Estado a través de la corte de mayor rango del país y que la represión de las manifestaciones para exigir la restitución del orden constitucional ha dejado hasta ahora más de treinta muertos, cientos de heridos y más de 1.400 detenciones arbitrarias.
“La propia Fiscal de la República reconoce la ruptura del orden constitucional y, además, la no existencia del debido proceso en la mayor parte de los casos. En infinidad de casos, la Fiscalía pide la libertad porque no hay ningún elemento para mantener una orden de privación de libertad y el tribunal hace caso omiso o el Sebin [la policía política del régimen de Maduro] hace caso omiso”, agregó Capriles Radonski aludiendo a las violaciones de derechos humanos en que han incurrido recurrentemente las fuerzas de seguridad en Venezuela.
El Ejecutivo de Maduro y la oposición antichavista se sentaron a la mesa de negociaciones en 2016 bajo el auspicio del Vaticano; del exsecretario general de la Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper; y de los exmandatarios Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández. De esas figuras –que el chavismo insistió en describir como “acompañantes” del diálogo, que no como “mediadores”–, sólo el Vaticano contaba con el voto de confianza de los bandos en discordia. Los demás son percibidos como defensores de los intereses de Maduro. El diálogo se suspendió bajo acusaciones mutuas de incumplimiento de acuerdos.