El mal presidente de turno la República Bolivariana de Venezuela reapareció este jueves 10 de mayo luego de que 39 compatriotas venezolanos hayan muerto asesinados por paramilitares de los que no habla en las protestas nacionales en contra de su (auto) golpe de estado.
Desconociendo a la Asamblea Nacional de Venezuela, electa con 7.726.066 votos en diciembre del 2015 con una participación del 74.17 % del padrón electoral; con un Consejo Nacional Electoral dominado que no llama a elecciones vencidas y bloqueó el Revocatorio y un Tribunal Supremo de Justicia express que minimiza la voluntad popular de los venezolanos reapareció este personaje.
Con una inmensa similitud física a Iósif Stalin, el más férreo dictador de Rusia; con un saludo parecido al realizado en la Alemania nazi y profundamente antidemocrático.
Precursor de la muerte de “el legado” de su “padre” político, Hugo Chávez.
Lo suficientemente cobarde como para no medirse nuevamente en elecciones y convocar a una Constituyente Prostituyente sin consultar a los venezolanos; culpar de las muertes a la “derecha fascista”, “oposición terrorista”, “el Imperio” y pare usted de contar.
Rodeado de una cúpula armada y de una parranda de “jala mecates” que se enriquecen con el erario de la nación.
¿Adivinaste?
Si dijiste Nicolás Maduro, pues la pegaste.
