El momento y la forma en que le piden matrimonio a una persona, siempre será el más encantador y mágico del mundo. Y para esta chica australiana, seguramente pasará a la historia como algo único.
En su primer aniversario de novios, Terry elaboró para Anna, un collar tallado en madera de pino Huon y cubierta en espiral al frente. El regalo fue tan especial que ella lo usó todos los días sin importar la ocasión.
Un año y medio después, Terry y Anna viajaron a Smoo Cave – lugar escondido en nórdico antiguo-, en el norte de Escocia, un rincón único y encantador que habían pensado visitar algún día. Mientras realizaban una caminata, él le pidió el collar con el pretexto de tomarle una foto sobre unas rocas, después, con la ayuda de un cuchillo lo abrió y reveló el secreto que contenía: un anillo de compromiso.