El béisbol de las Grandes Ligas ha descubierto en lo que va de la nueva temporada a unos Astros de Houston brillantes en su juego y convertidos en el equipo al que ahora todos quieren batir, reseñó EFE.
La clase demostrada por los Astros los acerca a ser el equipo perfecto, dado que no tienen puntos débiles. Juegan con una energía desbordante, además de mostrar una confianza que supera cualquier proyección.
Eso les permite aprovechar el momento por el tiempo que sea posible, dado que es así como funciona el deporte del béisbol, se puede llegar por etapas a la perfección y luego perderla debido a que con toda seguridad llegarán los días complicados, lesiones y baches y todo lo inherente a una temporada de 162 partidos.
Pero quizás para ese momento ya los Astros habrán construido una ventaja lo suficientemente grande en la División Oeste de la Liga Americana, donde ya tienen marca de 29-12, después de ganar 14 de sus últimos 17 encuentros disputados, una cadena que los ha ayudado a forjar ventaja de 8,5 juegos en su división.
Como siempre sucede en el béisbol, la clave de los triunfos están principalmente en el cuerpo de pitcheo que tiene la mejor efectividad de la Liga Americana (3.41) y la ofensiva ha anotado la segunda mayor cantidad de carreras (211).
Los Astros son un equipo que divierte, con una buena mezcla de jóvenes y veteranos como el puertorriqueño Carlos Beltrán y Brian McCann.
Precisamente, el núcleo de peloteros jóvenes: el segunda base venezolano José Altuve, el patrullero George Springer y el campocorto puertorriqueño Carlos Correa tienen la energía suficiente para superar cualquier obstáculo y han hecho que los Astros sea un equipo que se divierte y cree en sí mismo.
“Así como somos en el terreno nos comportamos dentro del vestuario”, declaró Altuve. “Nos divertimos jugando y nos centramos en hacer bien las cosas”.
Quizás eso los ha ayudado a remontar la pizarra para ganar 16 juegos, incluidos cinco en los que estaban abajo por al menos cinco carreras.
La fortaleza de los Astros está de nuevo en el abridor Dallas Keuchel que tiene récord de 7-0 con 1.84 de efectividad y está lanzando tan bien como cuando ganó el Cy Young de la Liga Americana en el 2015.
Otro lanzador, Lance McCullers Jr. también responde de manera segura desde el montículo y ya tiene marca ganadora de 4-1 después de dominar el miércoles a los Marlins de Miami.
Los Astros tienen récord de 15-3 en los juegos que han iniciado Keuchel y McCullers, quienes podrían representar el mejor dúo en la fase final.
El equipo de Houston tiene también un bullpen hecho para el béisbol de octubre, en el que cada out a partir del quinto episodio es decisivo.
Con los brazos de los derechos Will Harris (EFE de 2.25) y Chris Devenski (2.96), tienen a dos de los mejores relevistas de los dos últimos años.
Mientras que la profundidad ofensiva es otra de las razones de su éxito y aunque tienen a un solo jugador bateando sobre .300 –Altuve con .311-, pero a ninguno por debajo de .257.
Son quintos en las Grandes Ligas en jonrones, a pesar de no tener a nadie entre los mejores 10. Sin embargo, seis toleteros de Astros han dado al menos cinco, encabezados por el venezolano Marwin González y sus nueve cuadrangulares.
La dirección del equipo en manos del piloto A.J. Hinch ha sido una de las adquisiciones más inteligentes del gerente general, el mexicano Jeff Luhnow.
La capacidad de Hinch para comunicarse y motivar al equipo es excelente y su manejo del bullpen es sobresaliente. Pero por sobre todo, sus pupilos saben que no tiene planes personales y que todo lo que hace es por el bien del equipo.
Por su parte, Luhnow construyó un buen núcleo de peloteros talentosos y jóvenes en sus primeros cinco años al mando, y después sumó a un grupo de veteranos en la temporada muerta para aportar liderazgo y producción.
Beltrán, McCann, Josh Reddick, Norichika Aoki y Charlie Morton han cumplido ese rol a la perfección.
El dueño de los Astros, Jim Crane, el hombre que contrató a Luhnow y le dio los recursos y el tiempo para reconstruir la franquicia en el 2011, dio el visto bueno para elevar la nómina de 97 millones de dólares a 125 desde finales de la temporada pasada.
Crane aparentemente está dispuesto a gastar más si los Astros, por ejemplo, necesitan a otro abridor antes de que llegue la fecha límite del 31 de julio para hacer cambios sin el proceso de descartes.
Los Astros confían en su plan y eso les ha servido durante las últimas tres campañas. Ningún equipo se rige más por los datos avanzados que Houston, donde los números juegan un papel en aspectos como las decisiones de los escuchas, las alineaciones defensivas, la selección de pitcheos y, posiblemente, la prevención de lesiones.
La combinación de todos los elementos anteriores han dado como resultado el surgir de un equipo que juega duro, rápido y divierten.
Pero lo más importante de todo, que celebran cada momento positivo y saben cómo superar los difíciles.