Jesús Elorza: El conjuro de las maracas

Jesús Elorza: El conjuro de las maracas

 

Coño, lo que nos faltaba, una maldición indígena expresaba muy molesto Nicolás. El oligarca de Guarulla con  los indígenas de Amazonas haciendo sonar sus maracas, invocan a sus ancestros para despertar el “hechizo Dabucurí” contra el mal que rodea y somete al país.

Tranquilo mi jefe, dijo Jaua, que el Dabucurí es un ritual en la selva amazónica, practicado para la integración de las distintas etnias que habitan la zona y el mismo sido propuesto como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.

Si pendejo, le ripostó Nicolás, pero no te olvides que “Las victimas de esa maldición pierden todas sus riquezas y su vida se llena de dolor”…..o sea que vamos a perder toda la fortuna que hemos acumulado en estos 18 años.

¿Todos nosotros o la maldición es unipersonal en su contra camarada?, preguntaron casi al unísono los miembros del gabinete ejecutivo.

– En ese momento, entró la secretaria ejecutiva del despacho presidencial, para informar que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos anunció que congelaría los activos de ocho funcionarios del Tribunal Supremo con el fin de apoyar al pueblo venezolano “en su empeño por proteger y hacer progresar la gobernabilidad democrática”. Los sancionados serían, Luis Damiani, Arcadio Delgado, Gladys Gutiérrez, Juan Mendoza, Maikel Moreno, Calixto Ortega, Lourdes Suárez y Carmen Zuleta.

Ahí tienen la respuesta, gritó Nicolás, Dabucurí nos va a joder a todos nosotros….y al mejor estilo del Chavo se puso a llorar y decir “Ahora quien podrá defendernos”

Que no cunda el pánico, fue la inmediata expresión del Jefe del G-2 cubano, Nuestros Babalaos con sus tabacos, ron y los caracoles le harán la contra a esa maldición y se las devolverá a los golpistas de la derecha. Acto seguido ordenó que se hicieran presentes los Sacerdotes de Orula para dar inicio al ritual de santería.

Luego de varias horas, entre humo y ron, el Orisha de la sabiduría que opera a través del sistema adivinatorio de Ifá, le indicó a los presentes que había entrado en comunicación con Orunmila, deidad conocedora del pasado presente y futuro.

¿Qué te dijo? preguntaron todos.

– Que el Dabacurí es una maldición indígena, en la cual el poder de la santería queda anulado, debido a las raíces ancestrales que la conforman.

-Coño nos jodimos, fue la expresión que se oyó en el salón.

Calma, calma dijo el Babalao principal, en mi lectura de los caracoles creo haber conseguido la contra que necesitamos para superar la maldición de Guarulla. Acto seguido, lanzó al aire los 21 caracoles invocando a Eleguá. La respuesta, no se hizo esperar: Baile y maracas son las partes necesarias para el ritual de contra que debe ser ejecutado por el actor principal a quien fue dirigida la maldición.

Después de un largo momento de tensión, apareció el camarada Nicolás bailando salsa con unas alpargatas que llevaban cosidas un par de maracas que con su sonido característico acompañaban el ritmo salsoso con el que bailaba y cantaba:

Echale semilla a la maraca pa que suene / cha cu cha curucucha curucucha

La alegría no se hizo esperar entre los enchufados ministros que ya sentían conjurada la maldición de Dabacurí…..y le pidieron a Nicolás que hiciera el conjuro dancístico  en cadena nacional, para así conocer la opinión del pueblo mesmo….así lo hizo.

Al día siguiente, Oscar Schemel de la encuestadora Hinterlaces fue el encargado de presentar los resultados de la consulta nacional:

-100% opina que el baile del presidente con alpargatas y maracas es una burda o mala copia de Ismael Ochoa “El Sabanero Porteño” quién se distinguió en su vida artística por la forma genuina de bailar joropo, con alpargatas que al zapatear hacían sonar las maracas que llevaban adheridas a estas cotizas.

– 100% opina que Nicolás parece “Una mariposa cuando danza”

– 100% de los encuestados interpretan que el mensaje que quiso trasmitir Nicolás se recoge el la frase que hizo famosa Luis Herrera Campins “A ponerse alpargata que lo que viene es joropo”

Abatido y acongojado por esos números, Nicolás solo se limitó a decir “Carajo, no pego una”…..que maldición tan arrecha me cayó encima.

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