La mayoría de los adolescentes y adultos, vivimos con huellas emocionales, algunos pueden identificarlas, otros no. Pero crecer sin la figura paterna afecta en tu vida adulta de distintas formas, por la “huella de abandono”.
Las relaciones sociales, familiares y en pareja, se complican si durante tu infancia tu padre no estuvo presente y aquí te explicamos las 5 razones por las que esto sucede:
1. Rechazo
Cuando el padre rechaza a los hijos por exceso de trabajo y otras ocupaciones, entre el primer y séptimo año de vida, hay un impacto físico en sus hijos en edad adulta.
Se caracterizan por ser personas muy delgadas, se le marcan los huesos y suelen pasar desapercibidos, precisamente porque ellos inconscientemente no quieren existir. Generalmente sienten culpa y su palabra es: No merezco….tienen una autoestima baja y creen que no alcanzarán sus sueños.
2. Humillación
Esta huella emocional se marca en los primeros 7 años de vida. Generalmente tienen una madre controladora, sobreprotectora y muy al pendiente del qué dirán, debido a la ausencia del padre.
Las personas con esta huella tienen problemas con su sexualidad y les cuesta mucho trabajo ser libres. Tienen la necesidad de resolver todo, los problemas de la familia, amigos, hijos, etc, mientras que ella o él quedan en segundo plano.
3. Traición
Este tipo de huella emocional se vincula al padre. La persona pierde la confianza en el entorno y empieza a tener el control. Suelen ser personas en donde la figura paterna se perdió, quizás fue un padre ausente (emocional y/o físicamente) o te diste cuenta que le fue infiel a tu mamá.
Quienes tienen esta huella desconfían mucho, no saben establecer relaciones de pareja duraderas, son intolerantes y descalifican mucho las capacidades de los demás; creen que ellos son los mejores en todo.
4. Injusticia
Este sentimiento de injusticia en personas que crecieron sin la figura paterna, son generalmente personas rígidas, es decir todo es blanco o negro. La pelea con el mundo es muy fuerte.
Suelen ser activistas, veganos, etc. Quienes tienen esta herida emocional, deben saber que su madre también la tiene. Son personas ordenadas, compulsivas, autoexigentes y perfeccionista.
5. Abandono
Los adultos que crecen con esta huella de abandono, son personas que dependen mucho emocionalmente de otras personas. Caen en el papel de víctima y no saben poner límites.
Hacen drama por todo, le temen a la autoridad y suelen ser personas delgadas. La forma en cómo sanan esta huella emocional es con disciplina y estructura. Creer en sí mismas y tomar sus propias decisiones (asumir las consecuencias y salir adelante.
Salud180