El exdirector del FBI James Comey acusó este jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de despedirlo para intentar debilitar una investigación de la agencia sobre una posible colusión de su equipo de campaña con Rusia en las elecciones presidenciales del 2016, reseñó Reuters.
Comey también dijo a senadores en la audiencia pública más esperada en años que el Gobierno había dicho mentiras y lo difamó a él y al FBI luego de que el presidente lo removió de su cargo el 9 de mayo.
La Casa Blanca dio diferentes explicaciones sobre el despido de Comey. Más tarde, el mandatario contradijo a su propio personal al decir el 11 de mayo que despidió al entonces jefe del FBI por la investigación en torno a Rusia.
Consultado en una audiencia ante la Comisión de Inteligencia del Senado sobre por qué cree que fue despedido, Comey respondió que no podía estar seguro.
“De nuevo, me remito a las palabras del presidente. Sé que fui despedido porque algo en la forma en que estaba dirigiendo la investigación sobre Rusia de alguna manera lo estaba presionando, irritando, y que él decidió despedirme por eso”, respondió el exfuncionario.
Comey había dicho más temprano que creía que Trump se había dirigido a él para que abandonara una averiguación del FBI sobre el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn como parte de la investigación sobre Rusia.
Sin embargo, Comey declinó decir si pensaba que Trump intentó obstruir a la justicia. “No creo que me corresponda decir si la conversación que tuve con el presidente (Trump) era un intento de obstrucción (a la justicia). Lo tomé como algo muy perturbador, muy preocupante”, sostuvo ante la comisión.
RESPUESTAS BREVES Y MEDITADAS
Los críticos de Trump dicen que cualquier esfuerzo del presidente por frenar una investigación del FBI podría ser considerado obstrucción a la justicia, una ofensa que podría desembocar en un juicio político en el Congreso contra el mandatario.
Sin embargo, los republicanos controlan actualmente el Senado y la Cámara de Representantes y han mostrado poca voluntad por iniciar ese procedimiento contra Trump.
Vestido con un traje oscuro, Comey ofreció respuestas cortas y bien meditadas para describir la situación de un presidente de carácter dominante que lo presionó para que el FBI dejara de indagar sobre los contactos del exasesor de Seguridad Nacional Flynn.
En el testimonio de más de dos horas, Comey no hizo grandes revelaciones sobre los supuestos vínculos entre Trump o su equipo de campaña y Rusia, un tema que ha asediado los primeros meses de su presidencia y lo distrajo de los objetivos que se impuso, como reformar el sistema de salud y recortar impuestos.
En un discurso el jueves, Trump dijo a sus partidarios que su movimiento estaba “bajo asedio” y prometió luchar para mantenerse firme.
“Estamos bajo asedio (…) pero saldremos más grandes, mejores y más fuertes que nunca”, declaró en Washington. “No renunciaremos a hacer lo que es correcto (…) sabemos cómo luchar y nunca nos rendiremos”, agregó.
El abogado personal de Trump, Mark Kasowitz, dijo que el testimonio de Comey probaba que el presidentE no estaba bajo ninguna investigación y que no había evidencia de que un solo voto haya sido cambiado como resultado de la interferencia rusa en la elección el año pasado.