El “infierno” y las “pesadillas” de quienes viven en el Zulia con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) cada día se “acrecienta”, y es que tras el arribo al Estado de más de 300 mil unidades de medicamentos antirretrovirales enviados por el Ministerio de Salud a través del Programa Nacional de VIH-Sida, la realidad para más de la mitad de ellos ha “cambiado poco o nada”. Así lo reseña laverdad.com
Por Francisco Rincón
Esteban Colina director general de la asociación civil Amavida, comentó que efectivamente, el ministerio envió un camión con los medicamentos pero la cantidad fue “insuficiente” y la “crisis” tiende a agravarse. “Necesitamos más de 720 mil unidades de los fármacos y no llego ni el 50 por ciento. En el lote llegaron medicinas que están en desuso mientras que faltaron otras que son fundamentales”.
Miedo y fallas
Los pacientes dicen vivir aterrados y al “no llegar en ese pedido” el medicamento viraday que lo toman más de cuatro mil pacientes, sus “pelos están de punta”. Otros de los que faltaron fueron el atazanavir que lo toman más de 600 y el ritonavir que se utiliza como complemento de la terapia antirretroviral y del que solo llegaron 280 frascos para ocho mil pacientes. Esta “escasez”, impide que puedan contar con su tratamiento puesto que al faltar uno de tres que ingieren no se les puede entregar, fracasando la terapia, volviéndose aún más el virus y conduciendo progresivamente a la muerte.
Colina reiteró que el cargamento alcanza para un mes y no hay en stock para enfermedades oportunistas como el cáncer de piel, neumonía o toxoplasmosis, sin embargo, la Secretaría de Salud del Estado aseguró que recibieron 500 unidades del fármaco anfotericina B indicado para pacientes con neumonía o meningitis por hongos, enfermedades catalogadas como oportunistas que afectan a las personas que padecen de VIH.
El representante de la asociación civil aseveró que el fármaco complera, indicado para las personas que están en etapa terminal de la enfermedad, no llegó y los pacientes tienen más de tres meses sin tomarlo. “Están condenados a morirse porque no tienen opciones de tratamiento. Llegaron algunas cosas y tenemos que reconocerlo, pero estamos desesperados. Hacemos un llamado para que nos atiendan porque la vida se nos está apagando”.