En la sesión parlamentaria del pasado 13 de junio, el diputado Henry Ramos Allup dijo a sus colegas que él se opone a un gobierno de transición, porque no está contemplado en la Constitución. Añadió que no está de acuerdo con “atajos” y que la única vía de cambio son las elecciones.
Nota de prensa
De estas declaraciones se desprende que el régimen de Maduro debe permanecer en el poder hasta las elecciones presidenciales de diciembre de 2018, si es que tienen lugar.
La inexplicable actitud de Ramos Allup no es reciente. Mientras fue Presidente de la AN se opuso a destituir a Maduro por el tema de su nacionalidad colombiana porque “no había pruebas”, cuando era evidente que correspondía a Maduro presentar su partida de nacimiento venezolana (lo cual nunca hizo, a pesar de habérselo exigido la misma directiva de la AN) y demostrar no tener otra nacionalidad.
El diputado Ramos Allup sabe bien que no es posible lograr un cambio por la vía electoral sin que antes haya una transición, porque el CNE está secuestrado por el Ejecutivo, porque el Registro Electoral está totalmente viciado, y porque existen militares corruptos y paramilitares armados que acosan a la población para imponer la voluntad del PSUV.
Ciertamente, un “gobierno de transición” no está contemplado en la Constitución, como tampoco explica qué hacer cuando un presidente se convierte en tirano o cuando un mandatario es un agente cubano (o ambas cosas a la vez); porque en estos casos la solución no es jurídica sino política. Lo que sí contempla la Constitución son los artículos 328, 333 y 350, los cuales señalan una vía para restablecer el hilo constitucional cuando éste se ha roto.
Si –como bien dice Ramos Allup– Maduro es un tirano, si el TSJ es un antro, si el Alto Mando Militar es corrupto, si el régimen viola los derechos humanos, si el narcotráfico se apoderó del Estado, si Raúl Castro gobierna Venezuela, si existe una crisis humanitaria, y si el diálogo no funcionó, ¿En qué cabeza cabe que debemos detener el cambio hasta que a Maduro se le ocurra promover unas elecciones libres y transparentes, cuando lo que anuncia es una seudo-constituyente que implantaría el comunismo?
En medio de una tiranía feroz, que causa muerte y represión todos los días, Ramos Allup pretende apegarse a exquisiteces jurídicas imposibles de aplicar, para sabotear el cambio de gobierno. Además, utiliza su experiencia y poder para manipular a los diputados más jóvenes, a fin de que ellos también adhieran a su tesis. No sabemos cuáles son las motivaciones de Ramos Allup para sostener a Maduro en el poder con tan extraños argumentos, pero le hacemos un llamado a renunciar a su curul, y a permitir que los diputados más jóvenes asuman el liderazgo del cambio que tanto necesita nuestra patria.
Gran Alianza Nacional, GANA
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