En París existe un Arco de Triunfo erigido por Napoleón Bonaparte para celebrar la victoria de Austerliz. Se trata de uno de los monumentos más famosos del mundo y registra los nombres de los 558 Generales que participaron en esa batalla. En Washington DC existe un bellísimo monumento en forma de pared hecha de gabro reluciente, con los nombres de 58.195 soldados quienes rindieron su vida en Vietnam.
En Venezuela el régimen actual ha convertido al Panteón Nacional en un arroz con mango.
La gesta venezolana que terminará con el narco régimen chavista ha cobrado vidas, prisiones, exilios y ruina material. Tenemos una deuda con quienes sacrificaron vidas, fortunas y tranquilidad para luchar por liberar a Venezuela de casi 20 años de miseria y crueldad. Los venezolanos que vivirán en democracia gracias a ellos y ellas deberán honrar ese sacrificio. Una manera de hacerlo es edificando un muro, una pared, en la cual figuren los nombres de esos compatriotas que pagaron el precio para lograr una Venezuela libre. Los nombres que allí aparezcan deberán ser seleccionados en función del mérito de cada quien. Hay nombres de compatriotas que ya se ven como candidatos naturales a estar allí, para que el país del futuro pueda verlos y agradecer lo que han hecho por nosotros. Pienso en Franklin Brito y en su heroica batalla como ejemplo de entereza ciudadana, como héroe que no vaciló en pagar con su vida una postura basada en valores y principios. Pienso en María Corina Machado, en Antonio Ledezma, en Leopoldo López. Hay una larga lista de venezolanos a quienes se les deberá ese reconocimiento.
Y pienso también que al lado de esta Muro de los héroes debemos erigir otro muro, el de la vergüenza, con los nombres de quienes llevaron el país a la ruina. Tener estos dos muros uno al lado del otro hará posible recordar siempre quienes fueron los criminales y quienes fueron los buenos ciudadanos. El país requiere distinguir los unos de los otros. Será muy didáctico para nuestros niños del futuro ir a leer en esos muros los nombres de quienes dedicaron sus vidas a enaltecer nuestro gentilicio y de quienes asesinaron la república para obtener poder y riquezas.
Venezuela es un país que necesita con urgencia redefinir la heroicidad, examinar su historia y honrar debidamente a sus buenos ciudadanos. No solo los hombres a caballo han sido nuestros héroes. Junto a Bolívar tenemos una figura ciudadana de igual dimensión heroica en Andrés Bello. Por cada héroe de batallas tenemos igualmente meritorios héroes civiles. Debemos rechazar el nombre de república Bolivariana para nuestro país porque Venezuela es un país de múltiples héroes y siempre será bolivariana, Uslariana, Bellista, Galleguiana, Varguista, Picónsalista o Betancourista. Nuestra nación fue construida por hombres y mujeres ejemplares y es absurdo darle un solo nombre, no importa cuán ilustre. Lo que ha pasado con la utilización de un solo nombre es que este ha sido usurpado por los criminales. Chávez y Maduro han logrado ensuciar el nombre de Bolívar, al mezclarlo con la tragedia que ellos han generado en el país.
Los nombres de personas y organizaciones pierden lustre y prestigio cuando se ven relacionados con el crimen y la degradación. Este es el caso del nombre de PDVSA, en cuyas gandolas se transportan hoy drogas en lugar de petróleo y en cuyo nombre se han cometido numerosos actos de mega-corrupción. O de El Sistema, un programa convertido en herramienta de propaganda gubernamental. O de medios de comunicación cuyos nombres eran respetables, hoy puestos al servicio de los ernestos de la información.