Científicos de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF) y de la Universidad de Toulouse (Francia) han identificado las células que ponen en marcha el desarrollo del sistema nervioso del oído interno, lo que puede ser útil para tratar la sordera.
El hallazgo, que publica la revista eLife, muestra que las neuronas pioneras se encuentran fuera del oído interno y, una vez activadas, migran hacia este tejido para inducir en el oído interno la formación de más neuronas.
El oído interno es el órgano responsable de los sentidos de la audición y el equilibrio, y está formado por una serie de cavidades llenas de líquido.
Los sonidos y los movimientos de la cabeza hacen que el fluido dentro de las cavidades se mueva y active las neuronas sensoriales, que envían la información al cerebro, de modo que si se dañan estas células puede causar enfermedades como sordera o vértigo.
Hasta ahora, los científicos creían que todas las neuronas del oído interno se desarrollaban dentro de un área del embrión conocida como epitelio del oído interno y que las células de esta región activarían el gen neurog1, que desencadenaría una serie de cambios que las convertirían en neuronas del oído interno.
Pero, gracias al uso de nuevas técnicas de microscopía en embriones de pez cebra, el equipo liderado por Berta Alsina, investigadora que dirige el Laboratorio de Morfogénesis y Señalización de Sistemas Sensoriales de la UPF, ha descubierto que este proceso se inicia antes, con la llegada de células externas al epitelio.
Pese a no tener orejas externas, los peces cebra poseen, dentro del cráneo, una oreja interna que les dota del sentido del equilibrio y de la audición, y es muy similar al oído de los humanos.
Además, los embriones de pez cebra son transparentes, lo que hace posible la visualización directa de la activación de los genes y los movimientos celulares.
Mediante imágenes de embriones de pez cebra en tiempo real -lo que la comunidad científica llama 4D imaging-, los científicos muestran que las primeras células que activan el gen neurog1 lo hacen fuera del oído interno y luego migran al epitelio del oído interno y provocan la activación de neurog1 a las nuevas células vecinas.
“Una sustancia llamada factor de crecimiento de fibroblastos (FGF) se encarga de decirle al epitelio del oído interno que deje entrar a las neuronas pioneras, controlando así el número final de neuronas del oído interno”, explicó el investigador Esteban Hoijman, del laboratorio de Alsina.
“Hemos identificado un nuevo grupo de células que actúan como pioneras de la neurogénesis de la oreja”, resumió Hoijman, que detalló que “estas células tienen dos funciones esenciales: constituyen las primeras células especializadas del epitelio y promueven la especialización de las células residentes en el oído interno”.
El trabajo liderado por Alsina revela como la activación coordinada de los genes y el movimiento de las células dan lugar a las neuronas del oído interno, lo que proporciona una visión de los mecanismos que forman otros tipos de tejido sensorial, como el visual o el olfativo.
Según Alsina, este descubrimiento pueden ser útil para diseñar nuevas terapias relacionadas con neuropatías, como la sordera. EFE