Elise Dallemange tenía 30 años cuando fue encontrada muerta en plena jungla de la isla Koh Tao, en Tailandia y la mitad de su cuerpo comido por lagartos. El lugar es paradisíaco y muy frecuentado por turistas de todo el mundo, sobre todo europeos. Es ideal para practicar buceo por sus aguas cristalinas y su amplia fauna marina. También para participar de sus interminables fiestas al sol y la luna.
Pero para Elise se convirtió en pesadilla deun momento a otro. De viaje por Asia durante dos años, la belga tenía pensado regresar en mayo a su país natal para reencontrarse con su familia. Pertenenciente a un grupo que rendía culto a un líder que decía ser la reencarnación de Dios, la joven aventurera habría vivido un tiempo con este gurú, cuyo nombre se mantiene en misterio.
Pero el de Elise -ocurrido el pasado 28 de abril y cuyo caso deberá ser reabierto- no fue el primero. Pese a que los investigadores tailandeses le informaron a la familia que la joven se había quitado la vida colgándose de un árbol en la selva, los familiares no vieron prueba alguna de que ello hubiera sido así. Ni fotos de su cuerpo suspendido de una rama, ni las marcas en el cuello. Ahora esperan por los resultados de la autopsia, a la que habrá que creer: es que cremaron el cuerpo en la embajada de Bélgica en Bangkok.
La muerte de la belga es la séptima de una serie ocurrida en los últimos años donde los turistas fueron los protagonistas. Detrás de la belleza de la isla emerge una mafia macabra local que organiza fiestas a las que los mochileros acuden regularmente. Por todos los casos el lugar ya es conocido localmente como “La Isla de la Muerte”. Un nombre poco seductor para atraer a extranjeros.
Elise, en tanto, vivió en una isla vecina –Koh Phangan– donde las fiestas de la luna eran frecuentes. Pasaba sus días en un retiro de yoga y tantra. “No creo en lo que la policía nos dijo. Tememos que alguien más esté involucrado. Cada vez más creemos que la información de la policía no es la explicación al caso”, señaló la madre Michele Van Egten en declaraciones a la revista Der Farang. Para los agentes oficiales el tema no debería estar en la agenda. “Esta noticia es vieja, ya fue desestimada. No hay nada más que decir”, según indicó el diario News de Australia.
“La Isla de la Muerte” puede ser una trampa para los turistas. Partes de cuerpos aparecieron flotando y las seis muertes anteriores a la de Elise son prueba de ello. “La mafia aquí no es la que lleva armas en cajas de violines o golpea la puerta de las viviendas acosando a las personas. Ellos son familias que están aquí desde hace generaciones y que controlan las islas aún desde antes de la policía”, señaló un residente a The Guardian.
Koh Tao fue puesta bajo la lupa a partir de los asesinatos de Hanna Witheridge, de 23 años y David Miller, de 24. Los aventureros fueron hallados semi desnudos en la playa. La joven, antes de ser ultimada, fue violada. Era septiembre de 2014 y la paradisíaca isla comenzaba a mostrar su lado más siniestro.
Michele ahora busca saber qué ocurrió con su hija. La historia relatada por la policía no le cierra. ¿Cómo puede ser que Elise haya comprado un ticket para Bangkok, despachado sus maletas y no hubiera tomado el ferry? ¿En cambio se internó en la jungla para suicidarse? ¿Sin una nota detrás que explicara su decisión? Es por eso que la mujer contrató a un investigador alemán que intentará develar el misterio que rodea a la peligrosa isla.