Leopoldo fue enviado a su domicilio por decisión superior del detestable TSJ. Nadie se esperaba tal orden, frente a la voluntad inquebrantable de un pueblo en la calle, arriesgándolo todo por el futuro del país, mientras el régimen seguía trepado en su empeño de no aflojar ni una pulgada para convertir a Venezuela en un Estado comunal.
Esta medida de libertad a medias para Leopoldo, tiene más aristas que ribetes de confianza, sobre un cambio de posición del gobierno. Nada sucede por casualidades, improvisaciones o por intensiones justas de abrir el puño cerrado.
Esta dictadura va con pie de plomo en su propósito de llevarnos al abismo y tirarnos a la fosa de la calamidad. No es una medida de justicia, sino una estrategia programada para despedazar sin mesura a sus adversarios. La típica estratagema de embrollarnos en asombros, para después desenmarañar su paradoja y volvamos a sentir la sensación de catástrofe y encrucijada habitual.
Con grandes dotes de actor sin escrúpulos, como un defensor de cualquier cosa menos del pueblo, Tarek Willam Saab apareció en escena, dejando claro que fue el Ministerio Público el que imputó a López con una diversidad de delitos y luego le acusó. Perfecto montaje para iniciar su teatro inaudito, cuya obra tendría el nombre de “Échale la culpa a la fiscal”.
Este mandato socialista sabe leer entre líneas y aprovechar cualquier rescoldo para colar sus farsas, darnos a probar sueños amargos y llevar a la confusión al más lucido. No se juegan nada a lo tonto. Todo tiene un sentido fatídico, absoluto e intolerable.
Recuerdo que en una entrevista radial que le realizase con total emoción el periodista Nelson Bocaranda a Luisa Ortega Díaz, le asestó la pregunta sobre si había algún equívoco con el caso de Leopoldo. La fiscal no tuvo otra salida que responder haciendo énfasis más en la precisión cuidadosa que en una convicción entrañable: “todo se efectuó apegado a la ley”.
Tal contestación sirvió de eje impetuoso para este capricho sabatino del gobierno. Con su rostro abotagado, sus increpaciones de siempre y el tono carente de solemnidad, Maduro mostró en la tarde de ese día de enredos, su apoyo a la medida sustitutiva de casa por cárcel para López, contando con su aprobación antes de que fuese sometida al voto de los magistrados del TSJ.
Pero arguyó con insistencia que Leopoldo “está procesado, penado y preso por responsabilidad de la fiscal general de la República”. Y con el mayor desparpajo sostuvo que “jamás moví ni un dedo en las decisiones del Ministerio Público”.
Fácilmente pueden apelar a riesgos y contravenir sus propias desfachateces. Después de efectuada la constituyente y emprender las modificaciones a la carta magna, todo tendrá un giro en nuestra nación. Que vuelva el líder de Voluntad Popular a las paredes frías de Ramo Verde no sería sorprendente. Contarían con sus propias reglas y las impondrían de forma salvaje, brutal y con todo rigor para el sometimiento.
La liberación de un hombre inocente siempre será motivo de regocijo. Más cuando se convertirá en personaje importante para las transformaciones venideras. Pero este sainete tiene un enredo fatal detrás del telón. Lo dijo la fiscal con la prudencia de quienes se hallan en el meollo de los desconciertos: “debe tenerse cuidado en el contexto en el que se toman estas decisiones”.
Esperemos que nada se adueñe del frenesí por la libertad, ni debilite el anhelo por un país para todos. Apenas son las primeras escenas de la obra más importante para Venezuela; el gran sueño por la nueva independencia.
MgS. José Luis Zambrano Padauy
Director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571