Largas colas, aglomeración de gente y afán por comprar algunos productos regulados, principalmente harina de maíz, se apreciaron este jueves en varios supermercados y abastos de San Antonio del Táchira, donde se vendieron dichos rubros de la cesta básica. Así lo reseña lanacionweb.com
Funcionarios de Sundde, Policía del estado Táchira, Guardia Nacional, junto con el personal de vigilancia privada de cada uno de los establecimientos trataron de establecer orden, pero por momentos la situación parecía salirse de control en vista de la gran cantidad de personas que deseaban comprar los rubros de la cesta básica a precio regulado.
Al tener conocimiento de la existencia de los alimentos, la gente hizo cola desde tempranas horas de la madrugada para tratar de comprar. En algunos establecimientos vendieron de acuerdo al terminal de cédula que rige desde hace tiempo en el estado Táchira para la venta de productos regulados, mientras que en otros pequeños abastos vendieron para todos los terminales de cédula.
En ciertos locales vendieron dos, tres y hasta cinco kilos de harina de maíz por persona, junto con otros artículos como mantequilla, mayonesa, salsa u otros productos.
Los funcionarios de los organismos presentes trataron de controlar el ingreso de las personas a los establecimientos por medio de la cédula de identidad, de acuerdo al orden de llegada. En algunos casos hubo trato preferencial para personas de la tercera edad, discapacitados, mujeres embarazados o con niños en brazos, funcionarios públicos. No obstante, ante la gran multitud, hubo personas que no lograron comprar los rubros.
Cada vez que hay existencia de productos a precio regulado en los establecimientos de San Antonio, las colas de compradores son significativas y sin importar las condiciones del tiempo, la gente se mantiene a la espera, con el fin de economizar el gasto, ya que en el mercado bachaquero los precios de dichos artículos cada día son más elevados.
También está la opción de comprar en el comercio de la frontera colombiana, apenas pasando el puente internacional Simón Bolívar. Sin embargo, a medida que se devalúa el bolívar ante el peso, los artículos del vecino país se hacen más costosos para el ciudadano venezolano.