Respuesta a Russia Today: No es fundamentalismo religioso, es miedo convertido en coraje

Respuesta a Russia Today: No es fundamentalismo religioso, es miedo convertido en coraje

El día 14 de julio del año 2017, la cadena de noticias Russia Today (RT) publicó un artículo titulado “ALERTAN SOBRE MANIFESTACIONES DE FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO EN LAS GUARIMBAS VENEZOLANAS”, escrito por el ¿periodista? Ernesto J. Navarro. Pues bien, en el amarillista artículo de prensa, a todas luces teñido por el rojo del madurismo y la sangre de los venezolanos, intentan hacer una analogía entre el fundamentalismo Islámico del medio oriente y las protestas venezolanas, por el solo hecho de que la Iglesia Católica se ha mostrado favorable a la transición pacífica y los manifestantes usan símbolos religiosos para salir a protestar.

Pues bien mis estimados rusos, realmente quiero creer en la buena fe, y en que están siendo engañados por el articulista que les remitió la nota de prensa en cuestión. Acá no hay fundamentalismo religioso ni mucho menos, en realidad nuestro país es uno de los pocos en que las tres grandes religiones monoteístas del mundo (y sus variantes) conviven en santa paz y armonía, convirtiéndonos en ejemplo de tolerancia religiosa para buena parte del Primer Mundo e incluso para los habitantes de la llamada Tierra Santa, donde rara vez hay paz duradera.

Ahora bien, en lo que si tenemos semejanzas pasmosas con las guerras del Medio Oriente es en las altas cifras de decesos; aunque acá no son caídos en las guerras del Estado islámico, sino víctimas de la delincuencia, la falta de medicinas, la ruina hospitalaria, y la malnutrición. Al igual que en un país hundido en la guerra, buena parte de la población civil se ve forzada a rebuscar en la basura sus alimentos, nuestras cifras de deserción estudiantil son elevadísimas, y la falta de perspectivas de futuro, a causa de la grave crisis económica, ha propiciado una oleada migratoria solo comparable con un país en guerra. ¿Por qué no hablar del empobrecimiento sistemático y mal intencionado de nuestra población para reducirnos a estados primarios de subsistencia y chantajearnos con ayudas gubernamentales? ¿Cuándo harán un reportaje de las empresas expropiadas en nombre del pueblo y que luego fueron paralizadas dejando en la ruina a nuestro aparato productivo? ¿En qué momento hablarán de la Revolución Bolivariana que nos prometió prosperidad e independencia económica de los países extranjeros y que ahora nos regala cajitas de comida con productos argentinos y brasileros que nosotros, en condiciones normales, hubiéramos podido producir?





En Venezuela no sufrimos de fanatismos religiosos, tenemos sed de justicia y libertad, queremos un país próspero que brille con luz propia ante el mundo y, sobretodo, anhelamos el regreso de la democracia, la independencia de poderes y la institucionalidad. Pero entiendan algo: salir a la calle sin armas, a protestar pacíficamente, expuestos a que los cuerpos represores nos partan el cráneo o nos revienten el pecho de un bombazo no es fácil, aquello da mucho miedo e implica una buena dosis de valor que muchos encontramos en la religión. El miedo lo convertimos en coraje. Nuestros signos religiosos son evocaciones a la divinidad rogando por protección; pues somos manifestantes pacíficos expuestos a una represión desproporcionada y brutal. ¿Quién no le reza a Dios ante una situación peligrosa? Tan solo los ateos, y sin embargo, ateos también tenemos bastantes en la oposición.

Que la iglesia apoye el cambio de gobierno no debería sorprender a nadie, pues históricamente ha salido a la defensa de los más débiles y oprimidos, llegando incluso a pagar con sangre su vocación social, como fue el caso de Monseñor Oscar Romero, asesinado por la dictadura de su tiempo. Acá en Venezuela, la Iglesia no está tomando partido por la oposición, sino por un pueblo maltratado y oprimido que está sufriendo la peor tragedia humanitaria de su historia.

Por último, ya sabemos que la tensa situación geopolítica entre Rusia y E.E.U.U. , les obliga, estimados rusos, a tomar partido por la dictadura madurista, quizá para no perder lo que consideran una base de operaciones en el Caribe , sin embargo, incluso en la guerra, aunque sea fría, deben existir ciertos parámetros de moralidad y rectitud.

Víctor Jiménez Ures