El rechazo del escritor venezolano, Jaime Ballestas, mejor conocido como Otrova Gomas, sobre el Gobierno Nacional es firme: “Los niveles de corrupción sobrepasan todos los que hasta ahora se han conocido en la historia humana”, advierte.
Al ser consultado sobre los embates que enfrentaría el país si la propuesta del Ejecutivo Nacional, de instalar una Asamblea Nacional Constituyente se consolida, el letrado no titubea en afirmar que los daños serán irreparables.
“A esa población que es chavista le diría: ustedes van a descubrir qué es el comunismo, van a taparse los ojos con la almohada y van a llorar profundo. Van a decir ¿Cómo cometí este error? Porque el comunismo es la plaga más horrorosa que se haya inventado. Ni las hordas de Atila lograron hacer tanto daño como el comunismo”, sentencia.
Residenciado fuera de su tierra natal y con la agudeza de los años, Ballestas reconoce que no hay mejor país que el suyo y que en el exterior las bondades humanas de sus compatriotas se extrañan y se revalorizan.
Por esta razón afirma que el norte es volver y servir. “El 70% de los venezolanos en el extranjero regresan apenas se normalice la situación. Hay demasiados valores venezolanos que rara vez se encuentran afuera. Puedo garantizar que volveré a Venezuela y aspiro trabajar 10 horas diarias, gratuitas, para reconstruir el país”, comenta.
Se refiere además a uno de los puntos de encuentro que más se han fortalecido al pasar los años, “la conciencia colectiva descubrió que estamos errados”, piensa.
Para Ballestas en la nueva etapa del país hay “que hacer frente a la más remota idea de que en Venezuela se siga manteniendo una política de carácter presidencialista y que Pdvsa sea manejada por una directiva afecta al presidente”, advierte.
En un breve repaso por la historia nacional, el escritor recuerda haber sido partidario de pocos gobiernos y, por el contrario, adversar a la mayoría. Entre esos, al régimen del fallecido presidente Hugo Chávez.
“Cuando llega el chavismo la corrupción llega a todos los niveles. Chávez tuvo un precio del petróleo muy alto que le permitió regalar en vez de enseñar y educar”, recuerda.