Todos los procesos comunistas como el de la URSS, la China de Mao, Cuba se produjeron al amparo de grandes tragedias. Como fue el caso de la Revolución Rusa que fue el resultado del avanzado proceso de descomposición de la Monarquía zarista que terminó de colapsar con la I Guerra Mundial, basto una operación de la inteligencia alemana para llevar a Lenin al poder. Cuba fue el resultado del derrocamiento de la dictadura de Batista. Lo que significó que el apoyo al nuevo sistema fuera muy alto desde el principio.
Pero la sumisión que exigen los regímenes totalitarios es de una peculiar característica, es decir, no debe ser sumisión, debe aparecer como apoyo activo. La sumisión debe ser ignorada por la víctima. Por eso todo el que se escape a este proceso debe ser eliminado porque es un peligro para el Estado. La aceptación es de tal naturaleza que debe ser justificada hasta por quienes no están de acuerdo, recordemos el caso de Trotsky, su adversario era Stalin no el régimen comunista.
¿Por qué fracasa Chávez en la implantación del comunismo en Venezuela? Porque la ciudadanía venezolana no acepta la propuesta comunista, eso fue ya evidente en el periodo 59-63 del Siglo XX cuando las guerrillas del PCV-MIR fueron derrotadas por el Pacto de Punto Fijo, porque si algo se le debe a Rómulo Betancourt fue la introducción en las venas de la sociedad venezolana de los anticuerpos contra el comunismo. Por eso fracasa el primer intento de reforma constitucional comunista propuesta en el referendo del 2007.
El intento de Nicolás Maduro de imponer por la fuerza una asamblea comunal ilegal, ilegitima, sin ningún respaldo popular, en un país muerto de hambre, sin medicinas, con una hiperinflación desbocada, con derrumbe de la producción a menos del 40% del PIB en los últimos 4 años, es un ejercicio ominoso de destrucción del país.
El país está en un proceso de absoluta rebeldía contra este régimen y no hay nada que la asamblea comunal pueda hacer para derrotar esa voluntad de lucha, salvo diluirse. La ciudadanía sabe que el reto es inmenso porque el castro-comunismo tiene el amparo de la violencia sin medida, pero no se va dejar imponer un modelo que es una vergüenza para los venezolanos y para el mundo democrático.
Las formas de rebeldía están escalando cada día a niveles de mayor auto-organización y aparecen nuevas formas de luchas que están impulsadas por el hambre, la falta de medicinas y la sed de justicia. Los venezolanos queremos regresar a disfrutar de las formas políticas de la vida civilizada de Occidente garantizada por una sociedad democrática, amparada en un Estado de Derecho como sostén de una República Libre y Soberana.
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog