La investigación del fraude que ha dado lugar a la contaminación de millones de huevos de gallina en Europa por el insecticida fripronil ganó intensidad este jueves en Bélgica y Holanda, donde los directivos de una empresa, en el centro del escándalo, fueron detenidos.
En Holanda, dos directivos “de la empresa que probablemente aplicó este producto en criaderos avícolas” fueron detenidos, según la fiscalía, que no precisó el nombre de la compañía. Pero, según los medios holandeses, se trata de ChickFriend, en el punto de mira de los criaderos afectados.
En Bélgica, se llevaron a cabo 11 registros “en todo el país” en el marco de esta investigación, que ya implica a 26 personas y empresas sospechosas, según la fiscalía de Amberes (norte).
Precisa que “cerca de 6.000 litros de productos prohibidos” -de fipronil según los medios- fueron incautados en julio en una empresa belga. La justicia no ha detallado de qué compañía se trata, pero fue identificada como el distribuidor de productos sanitarios para criaderos Poultry-Vision, en el origen del escándalo junto a ChickFriend, según los medios.
El dirigente de Poultry-Vision compareció en julio y luego “fue liberado bajo estrictas condiciones”, precisó la fiscalía, que “se toma los hechos muy en serio, en vista de su gravedad, su amplitud, su carácter organizado y su contexto internacional”.
– Nueve países afectados –
Las operaciones se produjeron mientras que esta crisis sigue preocupando a las autoridades sanitarias europeas, pese a que los riesgos para la salud del consumidor sean, ‘a priori’, limitados.
El escándalo se originó a raíz del uso del fipronil, un insecticida estrictamente prohibido en los criaderos de gallinas, por parte de compañías de desinfección que trabajaban en explotaciones agrícolas de Holanda, Bélgica y Alemania.
Desde que Bélgica alertara a sus socios europeos, el 20 de julio, decenas de gallineros han sido bloqueados. Millones de huevos contaminados llegaron a nueve países europeos, de cuyos supermercados fueron retirados por prevención o porque sus tasas de contaminación superaban los umbrales fijados por la reglamentación.
Fuera de los países de origen, otros seis afirmaron haber recibido huevos contaminados. Reino Unido anunció el jueves que 700.000 huevos contaminados importados habían sido utilizados en la fabricación de productos alimentarios.
En Luxemburgo, el distribuidor Aldi tuvo que retirar lo que quedaba de dos lotes de huevos, uno de los cuales tenía una tasa de fipronil tan alta que no era apto para el consumo de niños de corta edad.
En Francia, cinco empresas especializadas en productos derivados o transformados a base de huevos recibieron lotes contaminados, y un criadero fue bloqueado.
– 150 millones de euros en pérdidas –
“La cooperación deberá mejorar en el futuro”, declaró el miércoles el ministro de Agricultura francés, Stéphane Travert, mientras que su homólogo belga, Denis Ducarme, acusó a Holanda de no haber hecho caso a una nota anónima, recibida en noviembre de 2016, en la que se advertía de la presencia de fipronil en los criaderos holandeses.
Pero, La Haya rechazó estas acusaciones. “En ese momento, no hubo nada que indicara un riesgo agudo para la seguridad alimentaria. No había ninguna indicación de que el fipronil podría encontrarse también en los huevos”, declaró Rob van Lint, inspector general del organismo holandés encargado de la seguridad alimentaria y sanitaria (NVWA).
La organización agrícola holandesa ZLTO consideró este jueves que el sector avícola podría registrar pérdidas de “al menos, 150 millones de euros”. En Bélgica, donde 50 explotaciones siguen cerradas, el gobierno prometió en esta jornada aprobar medidas de apoyo para las empresas que se vean afectadas por la crisis.
El fipronil es un insecticida corriente que se encuentra en productos veterinarios utilizados para los animales de compañía, contra las pulgas, las garrapatas y los ácaros. Su uso está prohibido en animales destinados a la cadena alimentaria en la Unión Europea (UE).
En grandes dosis está considerado “moderadamente tóxico” para el hombre por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
AFP