A la deriva. Así se sienten los 47 empleados venezolanos de la aerolínea Avianca, 33 que laboraban en el aeropuerto de Maiquetía y 14 en la oficina comercial de Caracas, tras el anuncio, a través de un tercero, del finiquito de su relación laboral con la empresa colombiana sin haberse discutido los supuestos acuerdos, indemnizaciones o traslados que habrían sido ofrecidos por la gerencia de Recursos Humanos de Bogotá, tras el anuncio de cese de las operaciones hacia y desde Venezuela.
“Cuando Avianca anunció que cesaba sus operaciones el 16 de agosto, se nos informó sobre la decisión y lo primero que nos pidieron era que estuviésemos tranquilos, que la empresa no nos iba a abandonar, que se harían indemnizaciones y quienes quisieran ser trasladados a otros centros de operaciones de la aerolínea en otros países, podríamos aplicar para esos traslados. Todo fue muy bonito, a través de videoconferencias con el equipo de Recursos Humanos en Bogotá. Pero desde hace dos días la situación cambió drásticamente. De ser empleados felicitados por hacer frente a la crisis de la empresa, cuando el 27 de julio decidieron no volar más y dejar varados a cientos de pasajeros, pasamos a ser parias, pues en Bogotá dicen que ya no tienen que hablar nada con nosotros, que nos entendamos con un abogado que nos liquidará y ya”, explica uno de los empleados de Avianca con más de nueve años de experiencia laboral en esa empresa.
Explican los empleados que el pasado 14 de agosto recibieron un correo electrónico en donde se les citó para ser atendidos en tres grupos en el bufete Littler por el abogado Wilmer Barrios, en Caracas. De acuerdo al correo, allí recibirían información de su interés, sin precisar mayores detalles.
“La sorpresa es que cuando llegamos, este abogado Barrios nos dice que nuestra relación laboral con Avianca está concluida desde ese momento. Que los encargados de las oficinas entreguen las llaves y que no tenemos que acudir ni a Maiquetía, ni a la oficina de Caracas y que luego él nos llamara para hablarnos del pago de la liquidación que corresponda. Esto nos pareció un abuso. Además pedimos al abogado que nos mostrase un documento, un poder, donde se muestre que él es el representante legal de Avianca, y simplemente se molestó y nos dijo que quien no lo quisiera escuchar entonces que se fuera. Nosotros somos empleados de Avianca. No unos objetos de quita y pon. No puede ser que la empresa vulnere nuestros derechos laborales de esta manera”, relata otra empleada de la aerolínea con una década de trabajo.
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