Policías españoles que buscan a un sospechoso tras el ataque con una furgoneta en Barcelona que dejó 13 muertos dijeron el domingo que no podían descartar que haya cruzado la frontera hacia Francia.
La policía española afirmó que las operaciones de seguridad estaban en curso en Cataluña y en la frontera francesa mientras intentan dar con el paradero del marroquí Younes Abouyaaqoub, de 22 años, que creen que es el único de 12 sospechosos que aún está prófugo.
Los otros han sido arrestados, ultimados a tiros por la policía o fallecieron en una explosión en una casa en Cataluña un día antes del ataque del jueves con la furgoneta en Las Ramblas, el paseo peatonal más famoso de Barcelona.
“No le digo que tengamos información en este sentido, pero como posibilidad evidentemente ha podido pasar”, dijo en rueda de prensa el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluis Trapero, al ser consultado si Abouyaaqoub pudo haber cruzado a Francia.
Medios españoles han dicho que se sospecha que Abouyaaqoub era el conductor de la furgoneta y que escapó tras el ataque. Trapero afirmó que no podía confirmar quién iba manejando, pero dijo que los investigadores creen que en el vehículo iba una sola persona.
Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por el ataque, en que una furgoneta embistió a alta velocidad a una multitud de turistas y residentes locales que caminaban en Las Ramblas, dejando 13 muertos y 120 heridos de 34 países.
Horas después, la policía mató a tiros a cinco hombres que usaban cinturones explosivos falsos en la ciudad costera catalana de Cambrils después de que atropellaron a transeúntes con un automóvil y apuñalaron a otros, dando muerte a una mujer.
Una fuente policial en Francia dijo a Reuters el viernes que la policía local había estado buscando al conductor de una furgoneta Renault Kangoo blanca que podría estar vinculado a los ataques. Medios franceses informaron el sábado que el vehículo había sido hallado cerca de Barcelona.
En declaraciones a periodistas, la madre de Abouyaaqoub, Hannou Ghanimi, llamó a su hijo a entregarse a la policía y afirmó que prefería que estuviera preso antes que muerto.
Los ataques fueron los más mortales en España en más de una década. En poco más de un año, militantes islamistas han usado vehículos como armas para matar a casi 130 personas en Francia, Alemania, Reino Unido, Suecia y España.
Hasta el momento han sido arrestadas cuatro personas por presuntos vínculos con los ataques, entre los que figuran tres marroquíes y un ciudadano del enclave español de Melilla, en el norte de África.
Un foco de la investigación está en Ripoll, una tranquila ciudad en los faldeos de los Pirineos rodeada por colinas boscosas, donde vivían varios de los jóvenes, mayormente marroquíes, que habrían estado involucrados en los ataques. Tres de los muertos en Cambrils tenían entre 17 y 24 años.
Un punto en común en la vida de los jóvenes es un imán local, Abdelbaki Es Satty. El dueño del inmueble que arrendaba dijo que el clérigo musulmán salió de Ripoll dos días antes del ataque. Medios españoles han dicho que Es Satty probablemente era un líder que adoctrinó al grupo de jóvenes. Reuters