Los premios MTV Video Music Awards (VMA) homenajearon a Heather Heyer, la joven antifascista asesinada en Charlottesville (Virginia), cuando un neonazi arremetió con su coche contra una multitud que protestaban frente a una manifestación de supremacistas blancos, reseñó EFE.
“Sólo hace quince días, mi hija Heather fue asesinada cuando protestaba contra el racismo. Le echo de menos, pero sé que está aquí hoy”, dijo sobre el escenario del Fórum de Los Ángeles la madre de Heyer, Susan Bro.
Además anunció la creación de la Fundación Heater Heyer, que proporcionará becas “para que más gente se una a la lucha de Heather contra el odio”.
“Heather nunca se manifestó sola: siempre estuvo junto a gente de todas las razas y de todos los orígenes de este país”, añadió Bro.
Como tributo, MTV decidió que el premio a la mejor lucha contra el sistema no tuviera un ganador sino que fuera compartido por todos los nominados en esta categoría.
También participó en la gala Robert Lee IV, descendiente del general confederado Robert E. Lee. y quien dijo que su antepasado se ha convertido en un “ídolo” para los supremacistas blancos y añadió que por ello es “su deber moral” denunciar el racismo en Estados Unidos.
A lo largo de la noche varios artistas expresaron, de manera más o menos explícita, su rechazo a las políticas del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Katy Perry, que fue la maestra de ceremonias en los premios, que se implicó activamente en la campaña de la demócrata Hillary Clinton, mostró un periódico con el titular “El mundo está en llamas”, hizo una referencia a la serie distópica “The Handmaid’s Tale” y criticó con ironía que Trump ganara las elecciones pese a haber perdido el voto popular.
“Incluso en el apocalipsis, necesitamos una buena banda sonora”, señaló Perry en tono esperanzado poco antes de dar comienzo a la ceremonia.
Mucho más directa a la hora de reflexionar sobre la delicada situación política del país fue Paris Jackson, la hija de Michael Jackson, que abogó por mostrar a “los capullos nazis y supremacistas blancos” que en Estados Unidos no hay lugar para “su violencia, su odio y su discriminación”.