Domingo Alberto Rangel: En La Lagunita no le temen a Donald Trump

Domingo Alberto Rangel: En La Lagunita no le temen a Donald Trump

Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

 

Esa mañana se desayunaba tarde en la quinta KIM y KHLOE: Los Monterola Escuchaban por radio las noticias aún sentados en la cocina cuando tronó la voz de Donald Trump y luego la traducción explicando que en adelante mediante Orden Ejecutiva se prohíbe a empresas y particulares estadounidenses comerciar con bonos y valores venezolanos, incluyendo los que emite PDVSA.

En ese mismo instante pero en otros lugares, compatriotas venezolanos, posiblemente instigados por el hambre o las ganas de volver al país, no todo es color de rosas cuando uno sale al exilio, reaccionaron contagiados por la incontinencia verbal que en estos tiempos exhibe el Presidente americano y casi todo su Gabinete: Unos aplaudieron a Trump, otros llamaron a sus familiares, incluso alguno se comunicó con el diputado Requesens preguntando ¿cómo hacía para incorporarse a los invasores?… ese último ciudadano llamó desde Corpus Christy, Texas, donde pasaba un huracán.

Quienes olvidaron las obligaciones implícitas a la nacionalidad se frotaron las manos… otros también lo hicieron pero no por creer que los marines nos van a invadir… sino más bien vislumbrando que en toda ocasión se presenta la posibilidad de hacer negocios.

Aunque La Lagunita Country Club hoy día luce cual remedo de Detroit… aún viven en esos antaño elegantes predios, aparte de algunos pobretones que vigilan las mansiones abandonadas y otros de la misma categoría, quienes más bien son parientes de los propietarios, para quienes resulta un salvavidas dejar familiares venidos a menos la mansión… “no vaya a ser que la invadan”… también deambula por allí uno que otro propietario… de los que acaban de adquirir la casona y también de los más antiguos.

Los señores Monterola, por ejemplo, aventajados importadores de lo que ordene el Ministerio de Alimentación o el Jefazo de los Claps… son gente optimista… no han huido a Miami… aún no piensan convertirse en cooperantes de Trump… siguen firmes en la quinta KIM y KHLOE.

Y allí hacia sobremesa la pareja cuando en una de las pocas radios escuálidas que se mantienen en pie… escucharon la pataleta de Donald.

Como recordaremos la dueña de la casa es tan veloz cual guardaespaldas de enchufado y fue la primera en reaccionar: “¿Carajo Ruperto, tú crees que las bombas lleguen a La Lagunita?” preguntó con cara de susto. Como Anayantzi observó la risita sardónica de su marido, añadió… “No es para reírse Ruperto, tenemos hijos y recuerda aquél ministro aviador, amigo tuyo, que le tiró una bomba a Miraflores para matar a Carlos Andrés Pérez… y de vaina no acaba con el Parque del Este y el Leander”.

Ruperto, un lince para atrapar dólares baratos, quedarse con la mitad, repartir una cuarta parte en coimas y dejar el botín en Miami, sin embargo se vio a punto de abanicar el tercero y para que la consorte no se diera cuenta contestó con una vaguedad entre fastidiado y atiborrado el estómago con tantos huevos revueltos con caviar que se acababa de zampar en el desayuno… “Deja de joder mujer que una cosa son nuestros heroicos militares y otra son los aviadores de Trump, esos no pelan, pero habrá que esperar como recomienda el doctor Escarrá a quien tú dabas por muerto hace años y ahora es nuestra mejor ficha en la Constituyente”. “De paso, no seas tan despistada que en la Cuarta lo que había en el Parque del Este era un portaviones esclavista que se llamaba la Santa María Lionza, creo”, agregó.

“Lo que dijo el gringo, trató de explicar Ruperto, es que las empresas de ellos y sus ciudadanos no pueden comprar nuevos bonos a PDVSA o al amigo Nicolás… pero tú sabes que nosotros no conocemos mucho de finanzas… para eso el ducho es nuestro vecino Sosa Diaz-Parra que se cree gran cosota porque llegó a La Lagunita antes que nosotros, pero fíjate que ahora de vaina invita etiqueta negra mientras nosotros nadamos en 24 años”.

A estas alturas Anayantzi, siempre práctica zanjó la discusión proponiendo invitar esa noche al vecino Sosa Diaz-Parra… para que explicara… “Eso si, como ese señor se las da de fino sacamos lo mejor de la despensa pero invitamos otra gente para su disertación no vaya a creer que somos ignorantes e ignorantas”.

Aprobada la moción esa noche los Monterola se lucieron con delicioso tartarí de venado, acompañado de arroz salvaje y salsa de menta que les preparó el nuevo cocinero.

Asistían como siempre los vecinos Colmenares, bien enchufados, los hijos de Ruperto y Anayantzy, el tal Yul de las radios comunitarias con quien se topó el junior de los Monterola cuando buscaba el venado por los lados de Turgua y muy averiguador se auto invitó al sarao. También estaba Alberto Sosa Diaz-Parra quien llegó puntual y un italianito, experto en finanzas, que es muy amigo de Anayantzy II.

El experimentado Sosa Diaz-Parra que siempre estuvo en la directiva de algún banco y su nombre había figurado en bufetes encopetados explicó con voz segura y aplomada que de momento y “por ahora” no parece haber mayor problema con los Bonos Soberanos, sean de PDVSA o de Nicolás y Hugo.

Recordó el abogado Sosa Diaz-Parra que gracias a la infidencia y ganas de figurar del Presidente nuestro, no de Trump, quien de puro bocón adelantó, y con esto se refería al Presidente Maduro, que “tenía muy buena información la existencia de de una Orden Ejecutiva contra los Bonos venezolanos la cual Donald Trump había colocado en su escritorio para ponerla en práctica a la brevedad”… gracias a esa declaración presidencial, en cadena, los Bonos bajaron de precio… pero, aclaró el especialista, mientras devoraba tequeños, y bebía etiqueta azul, que eso no tenía importancia porque apenas terminó Trump de explicar que “nadie en USA podía comerciar con valores venezolanos”… cuando su Secretario del Tesoro… le modificó la Orden Ejecutiva aclarando “que eso era para valores futuros, no para los viejos Bonos”.

Sosa Diaz-Parra explicó que el mercado esta vez le había hecho más caso a los chinos quienes ya anunciaron la próxima recompra de toda la deuda venezolana… que a Donald Trump y su Orden Ejecutiva. También aclaró el abogado que cuando él decía “mercado” se refería a Wall Street porque “desde allí se maneja el mundo”.

Dado a la oportuna ayuda china los Bonos venezolanos volvieron a subir y Sosa Diaz-Parra se puso como ejemplo al explicar a la audiencia que gracias a su olfato, hace unos días había comprado Soberanos PDVSA a vencer este noviembre… al 88. 5 % el día en que Maduro adelantó la medida de Donald… y los vendió tres días después cuando el Secretario del Tesoro –impulsado por la protesta de la gran banca neoyorquina- aclaró la Orden Ejecutiva… al 91. 5 %.

“Señores, me gané 90. 000 dólares en dos días” dijo Sosa Diaz-Parra… “nada mal para un año en el que no abunda el trabajo”, agregó mientras que Anayantzy decía para sus adentros “¿cuándo carajos ha trabajado este cdm?”.

El italianito también dijo que él y otros amigos, entre ellos Anayantzy II, habían comprado y vendido Bonos PDVSA, pero “entre todos” y así ganaron menos… a esas alturas Ruperto entendió que fue su hija quien se raspó 50. 000 dólares de la caleta y que no había sido el antiguo cocinero a quien botaron y luego, merced a los enchufes, enviaron a una pasantía por el CICPC… pero, “no importa, así aprende y el nuevo cocina mejor y es más barato”.

Colmenares también tenía Bonos y después de la explicación del abogado piensa venderlos “a los chinos aunque sean los del restaurant”. Cuando se fueron todos los invitados, Monterola los despidió y a la puerta de la quinta compartió con los Colmenares un último chisme: “Estuvo bien la explicación de Sosa Diaz-Parra aunque nos costó una botella de etiqueta azul” dijo el anfitrión… “en lo único que no estoy de acuerdo es en que esos Bonos son mejor negocio que las bolsas Claps” añadió Colmenares ya para montarse en su carro… “yo tampoco apruebo esa pendejera de que los chinos a diferencia de Wall Street, cobran sus préstamos y no alargan los plazos, como piensa Sosa Diaz-Parra y que por eso Nicolás ahora requiere empresarios honestos”, dijo Ruperto despidiendo al enchufado vecino… “Eso sí, mañana amanezco invitando al embajador chino”.

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