La odisea de los venezolanos para apostillar un documento

La odisea de los venezolanos para apostillar un documento

Foto: Karen Paredes
Foto: Karen Paredes

 

Las colas para registrar y apostillar documentos incrementan con el pasar de los días. Trámites que hace algunos meses se podían realizar en un día, dentro de las instalaciones del Edificio Nacional, ahora se convirtieron en cuestión de suerte, tanto por la inmensa cantidad de personas que acuden diariamente a esta institución como la ineficacia de estos funcionarios; así lo relataron los usuarios en las largas colas, reseñó El Impulso.

Los documentos que mayormente se apostillan son: partidas de nacimiento, títulos, notas certificadas y antecedentes penales. Aunque para tramitarlos es necesario registrarlos primero (todos excepto los antecedentes penales).

Sea cual sea el papeleo que se vaya a efectuar, todos los ciudadanos deben permanecer en las afueras del Edificio Nacional hasta que este abra sus puertas pasadas las 8:30 de la mañana. Desde horas de la madrugada comienzan a llegar las personas y se van colocando en fila, bordeando toda la plaza La Justicia. Algunas veces –cuando ni siquiera ha salido el sol- la cola le da la vuelta por completo a la manzana.

Un hecho tan común que se observa en distintos sectores de este país, como lo es la corrupción, se evidencia hasta en pequeños detalles como venderle el puesto en la cola a quienes llegaron un poco más tarde que el resto a realizar su cola. Recibir uno de los primeros lugares en la fila puede costar entre 5.000 y 10.000 bolívares, dependiendo de quién realice la transacción. Mientras, quienes llegaron temprano, pueden ver como su lugar es corrido en la fila, luego de tanto esfuerzo y madrugar, sin poder hacer nada.

A las 8:40 aproximadamente sale un funcionario, que podría dar entre buenas o malas noticias. Se conoció que casi siempre hay problemas con el sistema y algunos departamentos dejan de trabajar semanas enteras; como sucedió el último mes en el departamento de legalización.

Cristian Ferreira tenía más de un mes yendo todas las semanas a tratar de registrar su título, el cual lo apostillará a finales de agosto. Hasta tres veces por semana ha ido y se ha regresado a su casa luego de recibir las noticias de que no hay sistema, o de que llegó muy tarde y no lo atenderán, o cualquier otra excusa que en su opinión son obstáculos para que los venezolanos no puedan abandonar el país. Para su suerte, el día de ayer el sistema funcionó.

Al ser tan grande el número de personas que durante todo el mes estaban a la espera de registrar sus documentos, la extensión de las colas eran hasta cuatro veces más largas de lo que normalmente se visualiza. Así que era evidente de que un gran número no podría ser atendido si llegaba la hora de cerrar, y una vez más habrían perdido su viaje.

Quienes se dirigían con su cita ya programada para apostillar, el proceso se les hacía un poco menos tedioso. De todos los departamentos este es uno en donde las personas corrían un poco más rápido en las filas, al ser solo un proceso de recibir papeles y dar una fecha de entrega.

Por su parte, periodistas de EL IMPULSO que se encontraban en el Edificio Nacional, pudieron constatar que quienes iban a retirar sus papeles apostillados se encontraban con otro tipo de problema.

Christopher Torres indicó que el 10 de este mes tuvo su cita para apostillar, y que los funcionarios le aseguraron que los documentos estarían listos para el 17 de agosto. “Esa semana fui a buscar los papeles porque ya estoy por irme. Me dijeron que no estaban listos y que debía esperar otra semana y así fue. Ya cuando tienen más de 10 días de retrasos aun no me entregan mis papeles o me dicen qué ha pasado con ellos”.

En la misma fila también se escuchaban relatos de personas a quienes la cancillería no le apostilló los documentos y no le explicaban el porqué, solo les decían que tenían que volver a pedir la cita; y en el peor de los casos habían a quienes presuntamente les extraviaron en el Edificio Nacional sus carpetas con todos sus documentos.

Para aguantar las largas horas de espera para ser atendidos, los ciudadanos se sientan en el piso. En su mayoría quienes tramitan sus documentos son jóvenes entre 18 y 35 años, aunque también se observan muchos adultos mayores que les hacen el favor a sus hijos que ya se fueron del país.

Es importante destacar que actualmente el Ministerio de Relaciones Exteriores no está otorgando nuevas citas para apostillar.

“Esto es un desastre. Muchos prefieren irse sin sus papeles, pero así no habrá chance de conseguir un buen trabajo afuera. Tendré que venir todos los días hasta que logre mi cometido, porque ni siquiera el dinero nos da para pagarle a los gestores que cobran más de 150.000 bolívares por documento. Esto es lo que le queda hacer a quienes ya perdimos la esperanza: irnos”, expresó Haydee Díaz.

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