“Más de un millón de bolívares se necesitan para mandar a un solo niño a clases. Si una familia tiene dos, tres, cuatro o cinco hijos en edad escolar ¿de dónde saca el dinero para comprar útiles y uniformes si el salario mínimo es de Bs. 97.531 y el ticket de alimentación de Bs. 153.000?”.
Nota de prensa
El alerta lo hizo la diputada al Consejo Legislativo del estado Aragua (Clea) por Primero Justicia, Betsy Bustos, ante las quejas planteadas por cientos de padres y madres que han llegado hasta la sede parlamentaria regional a pedir ayudas económicas para sufragar el regreso a clases de sus hijos.
“La situación país que estamos viviendo es tal, que muchas madres nos han manifestado con dolor sobre la posibilidad de sacar a sus hijos del sistema escolar porque no solamente no tienen cómo cumplir con los requisitos para enviarlos a clases, sino porque tampoco pueden costear los gastos por concepto de inscripción y matrícula ni garantizarles la alimentación necesaria en su etapa de desarrollo y formación. Niños y adolescentes mal alimentados no pueden rendir. Así de simple”, denunció la diputada aragüeña.
Tomando como base el salario mínimo integral de Bs. 250.531 mensuales, Bustos comenzó a sacar cuentas. Según el más reciente cálculo del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), el precio de la Canasta Básica Familiar de julio se ubicó en Bs. 2.043.083,39, mientras que la inflación acumulada de enero a julio es de 248,6, según el índice Nacional de Precios al Consumidor del Parlamento. Solamente la del mes de julio cerró en 26%.
La dirigente justiciera hizo un recorrido por algunos comercios de la capital aragüeña para constatar precios y encontró que en estos momentos hay que invertir por lo menos tres salarios mínimos para comprar el uniforme escolar a un solo niño o adolescente.
Los precios se han disparado hasta en 80% en las últimas semanas. Un mono deportivo que en junio te costaba entre 30 y 35 mil bolívares, hoy te sale en 80 mil; el par de medias blancas que en junio costaban entre 4 y 5 mil bolívares, hoy te salen en 10 mil; una chemise para estudiante de primaria (roja, amarilla o blanca) cuesta entre 30 y 40 mil bolívares; los típicos pantalones azules, dependiendo de la talla, oscilan entre 40 y 70 mil bolívares; suéteres y monos deportivos alcanzan hasta los 80 mil bolívares. Los zapatos se han vuelto incomprables: los negros se consiguen entre 50 y 65 mil bolívares; mientras que los blancos deportivos van desde los 65 a 90 mil bolívares. Un uniforme completo para un estudiante de cuarto o quinto año de bachillerato supera los 280 mil bolívares. “A esto hay que sumar el hecho de que a cada estudiante, por lo general, se le compran dos camisas y dos pantalones por aquello de que se ensucian, sudan, etc. ¿Qué bolsillo aguanta este golpe?”.
Y la compra de uniformes no se trata de un capricho sino de una necesidad. Los niños y adolescentes se desarrollan con el paso de los meses y muchas veces no pueden utilizar al siguiente año el uniforme que emplearon el año anterior.
Para la diputada regional, la opción de recorrer varios sitios para conseguir uniformes y textos escolares a mejores precios ya no existe, porque los vendedores tienen casi los mismos precios y peor aún es que estos varían casi que a diario, así que si tienes el dinero en ese momento debes comprar lo que necesitas.
Y una lista de útiles escolares para este año 2017-2018, puede superar fácil los 500 mil bolívares. Una libreta gruesa doble línea se consigue en 20 mil bolívares; un cuaderno sencillo en 6 mil bolívares; un morral sencillo cuesta 70 mil bolívares; una cartuchera 25 mil; una caja de lápices de 12 unidades ronda los 20 mil bolívares; un pliego de papel bond que se vendía en 500 bolívares ya cuesta mil 500; las libretas de varias materias pueden alcanzar los 40 mil bolívares; una resma de papel bond que en junio costaba 46 mil bolívares, hoy se consigue en 93 mil; un bolígrafo que en junio salía en mil bolívares, hoy ya cuesta 3 mil. Los precios varían de acuerdo al tamaño, la marca y calidad de los materiales.
Aquí no estamos incluyendo el costo de los textos, los cuales han experimentado aumentos de hasta 900% en apenas un año. Un libro que en 2016 costaba 4 mil bolívares, este año se consigue en 40 mil bolívares.
Reciclaje – cambalache
Ante la tremenda crisis que azota a Venezuela, padres y representantes se han visto en la necesidad de apelar a la creatividad para hacerle frente. Bustos forma parte de un equipo de madres que se han organizado para reciclar uniformes y textos viejos y hacer cambalaches.
“Tenemos casos en los cuales se están arrancando las hojas a los cuadernos usados, para que los niños empiecen sus clases con las que quedaron incólumes del año anterior. Lápices, sacapuntas, borradores, creyones, reglas, juegos de escuadra, compases, bolígrafos, morrales, cartucheras, todo lo que quedó del año anterior se está reciclando. Hay un grupo de mamás que están remendando ropa para que otros puedan utilizar los uniformes. Así estamos trabajando en esta Venezuela caótica”, explicó.
Lamenta que este año los niveles de deserción escolar aumenten. “Este panorama es muy grave. Un país sólo puede salir adelante con educación, instrucción, formación de su capital humano. Por eso tenemos que seguir apostando a la vía electoral como la única posible para lograr el cambio que merecemos los venezolanos”, concluyó.