Siempre cercano a las necesidades de su gente, el presidente de la República, el licenciado Nicolás Maduro Moros, se volcó a la ayuda de la población de Houston, pueblo costero del estado Aragua, recientemente afectado por inundaciones. No habían pasado doce horas del impacto de la fuerza de las aguas cuando en declaraciones a la prensa, miembros del gobierno bolivariano anunciaban ayuda a los afectados, con una suma inicial de cinco millones de dólares y decimos suma inicial puesto que es solo la primera etapa de una ayuda integral que plantea también apoyo logístico y material para la reconstrucción de las zonas desbastadas.
Qué envidia deben sentir países de la región al ver un presidente que se ocupa de su pueblo con tanta entrega y amor. Las reacciones de los pobladores del conocido destino turístico venezolano no se hicieron esperar y ante las cámaras le enviaron mensajes de agradecimiento cargados de alegría al primer mandatario “I don’t know who is Maduro”, respondían sensiblemente emocionados.
La petrolera CITGO ha tenido sobre sus hombros la tarea de coordinar toda la ayuda humanitaria, que ya se debe estar haciendo efectiva con la velocidad que caracteriza a la revolución. Actos como este sin lugar a dudas nos hacen sentir orgullosos de nuestras instituciones e industria nacional, al frente siempre de cualquier eventualidad y de la mano de los más vulnerables.
En otras noticias positivas para el país, fueron aprobados diez millones de dólares para liga venezolana de béisbol profesional, otra señal de que el país está en su mejor momento y que el fanático demanda cada vez más eventos a la altura de sus expectativas. Esta es la cara del país posible y lleno de prosperidad parido en socialismo. Sin duda la estamos botando de Home Run.
Brian Fincheltub
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