Las irregularidades en las que incurre el Consejo Nacional Electoral (CNE) están a la orden del día al privilegiar los deseos de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y del partido de gobierno a costa de los derechos políticos de los venezolanos. El Poder Electoral, en franca violación de los cometidos que le encarga el artículo 294 de la constitución vigente, adelantó las elecciones regionales para el mes de octubre de este año por decisión de la ANC, en sesión del pasado 12 de agosto, aceptando pasivamente y sin motivación alguna el cambio de la fecha para la elección de los gobernadores, prevista para el mes de diciembre de este año.
Nota de Prensa
De esta forma, el CNE permitió que la ANC usurpara sus funciones, a lo que se añade el clima de suspicacia e incertidumbre generado por su silencio al dejar transcurrir un mes para anunciar sólo a través de su página web que las elecciones “de gobernadoras y gobernadores se realizarán el domingo 15 de octubre, tal como fue aprobado por el Consejo Nacional Electoral, cuya convocatoria, así como el cronograma de actividades estarán a disposición a partir del martes 13 de septiembre”.
Hay que recordar al respecto lo sinuosa que ha sido la vía transitada por los venezolanos para que el CNE pudiera convocar estas elecciones regionales, las cuales debían celebrarse en diciembre de 2016, pero el máximo órgano del Poder Electoral, sin razón alguna, las difirió para este año. Con tal decisión, se violaron los artículos 160 y 162 de la Constitución, que proclaman que el inicio y la culminación de los períodos constitucionales de los cargos de elección popular en las entidades estadales son de cuatro años.
Si bien no existe en la Constitución ni en la legislación electoral un patrón estable para escoger la fecha de las elecciones, lo cierto es que el CNE, bajo el pretexto del artículo 42 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales —que le permite establecer la fecha específica de los comicios—, actúa desproporcionada y arbitrariamente al fijar o modificar a su antojo esta regla clave del juego político usándola como un instrumento ventajista para el partido de gobierno.
Para Acceso a la Justicia, un organismo electoral en el que casi todos sus miembros rectores están claramente identificados con la organización política gobernante no ofrece credibilidad, y esta falta de confianza es justificadamente trasladada a cada una de sus decisiones en las que los derechos políticos de los venezolanos parecen ser un elemento ornamental.
Por desgracia, este panorama poco alentador para los venezolanos se agrava cuando a un mes de celebrarse el proceso electoral la ciudadanía, en términos generales, desconoce su cronograma, ya que no ha habido mayor difusión de la información y, peor aún, no sabe en qué condiciones ejercerá su derecho al sufragio, sobre todo si se toma en cuenta el último y polémico precedente de las elecciones de la fraudulenta ANC. Recordemos que en este caso el CNE introdujo cambios inesperados a última hora, como el de establecer el Poliedro de Caracas como un centro de votación de contingencia.
De hecho, ya hay un cambio anunciado según las recientes declaraciones del rector Luis Emilio Rondón en las que afirmóen un programa de televisión que en las elecciones regionales pautadas para el 15 de octubre no se usará la tinta indeleble, sin que esta modificación haya sido anunciada oficialmente por el Poder Electoral.
Y a ti venezolano ¿cómo te afecta?
Las reiteradas contradicciones del CNE se están traduciendo en los tiempos actuales en una tendencia bastante notoria e inobjetable que resulta sólo favorable para los detentadores del poder, pues promueven la abstención por la falta de confianza en el sistema electoral por parte del ciudadano.
Es muy importante en el contexto sociopolítico que vivimos hoy todos los venezolanos impulsar prácticas democráticas y acciones colectivas que permitan desafiar y denunciar la descompuesta institucionalidad del Poder Electoral, que sólo perjudica la débil salud democrática del país, así como participar en los pocos espacios que tenemos para ejercer nuestros derechos políticos, como lo son las elecciones.