Rescatistas continuaban buscando sobrevivientes la mañana del miércoles en México, un día después de que un potente sismo sacudió la zona central del país y causó la muerte de al menos 217 personas, en el aniversario de un letal terremoto ocurrido en 1985, reseña Reuters.
El movimiento telúrico de magnitud 7.1, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés), tuvo su epicentro entre los estados Morelos y Puebla y se produjo apenas días después de otro sismo que había cobrado 98 vidas en el sur de México.
En un colegio en el sur de la capital varios niños pudieron ser rescatados, pero también fueron hallados más de 20 cadáveres, y aún había decenas de menores y algunos adultos desaparecidos. Los padres de los niños esperaban afuera mientras cientos de militares y policías custodiaban el área y apoyaban en la búsqueda.
Cientos de socorristas y voluntarios removían enormes escombros con sus propias manos. En la noche celebraron el rescate con vida de varias personas que estuvieron atrapadas por horas en una colonia de Ciudad de México, según imágenes de TV.
“¡Sí se puede!”, coreaban en medio de la euforia, pero no dejaban de hurgar entre las ruinas mientras se protegían con tapabocas y transportaban restos más pequeños con cubetas. Algunos pedían silencio para poder escuchar los llamados de los sobrevivientes.
Miles de personas pasaron la noche en las calles ante el temor a las réplicas y al colapso de sus dañadas viviendas. Las autoridades alertaron sobre posibles robos a personas y hogares, sobre todo en las zonas donde no hay servicio eléctrico.
Muchos aguardaban en las afueras de las edificaciones derrumbadas noticias sobre amigos o familiares.
“Se cayó el edificio, el 286, hay muchas personas atrapadas. No nos dicen nada (…) Mi esposa está allí, no me he podido comunicar con ella, no me contesta (…) ella estaba en su cuarto”, dijo entre lágrimas Juan Jesús García, de 33 años, junto al edificio de seis pisos que colapsó.
El jefe de la Protección Civil, Luis Felipe Puente, dijo en su cuenta de Twitter que la Ciudad de México concentraba buena parte de las víctimas, con 86 fallecidos. Otras 71 personas murieron en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, cuatro en Guerrero y una más en Oaxaca.
Pero, según cálculos de los gobernadores de esos estados, la cifra podría ser un poco mayor.
Autoridades locales dijeron que varias personas fallecieron en una iglesia en Atzizihuacan, un pueblo ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl en Puebla, que durante el sismo registró una explosión.
Mientras tanto, comenzaban a llegar equipos de rescate de otros estados hacia las zonas de desastre y muchos voluntarios se sumaban a las labores de ayuda.
Decenas de estructuras, entre edificios de departamentos y oficinas, iglesias y colegios, colapsaron o resultaron seriamente dañados, al igual que algunos tramos carreteros.
La tierra vuelve a temblar
Algunos voluntarios llevaban botellones con agua en carros de supermercado para apagar la sed de quienes estaban en labores de rescate.
Unos 4.6 millones de personas quedaron sin electricidad en los estados afectados, dijo la estatal Comisión Federal de Electricidad, aunque por la noche el suministro había sido restituido parcialmente.
Las clases fueron suspendidas en al menos ocho estados mientras se revisan la integridad de las escuelas.
Las autoridades establecieron albergues para aquellos que perdieron su hogar o no podrán volver a su casa a dormir.
Puente pidió a la población no volver a sus inmuebles hasta que sean revisados. El aeropuerto de Ciudad de México retomó sus operaciones tras una breve suspensión.
El terremoto ocurrió horas después de que México realizara el martes un gran simulacro nacional de sismos para recordar el movimiento telúrico ocurrido en 1985 que dejó miles de muertos.
Varios mandatarios han expresado sus condolencias y solidaridad con México para brindar ayuda.
En el Vaticano, el Papa Francisco manifestó su conmoción por el terremoto y llamó a los fieles a orar por México.
“Elevemos todos juntos nuestra plegaria a Dios para que acoja en su seno a los que han perdido la vida y conforte a los heridos, sus familiares y a todos los damnificados”, dijo el pontífice. “Que nuestra Madre la Virgen de Guadalupe con mucha ternura esté cerca de la querida nación mexicana”, añadió.
La bolsa local suspendió operaciones en torno a las 14.00 hora local del martes. La petrolera estatal Pemex dijo que activó protocolos de seguridad como precaución y que no había detectado daños severos en sus instalaciones.
Reuters
Fotos Reuters