Hoy en Venezuela no hay diálogo y no lo habrá hasta que las partes en conflicto abierto exhiban una agenda previa discutida, aprobada y escoger de mutuo acuerdo una mediación imparcial aceptada por negociadores ad hoc con validación de la comunidad internacional.
Un proceso de negociaciones con voluntad política entre gobierno y oposición democrática se debe dar siempre y cuando se respete en primer lugar la vigencia taxativa de la Constitución Nacional de 1999. Renovar la directiva del CNE para que los electores ejerzan el derecho al voto con pulcritud. Que los presos por razones políticas salgan con plena libertad de sus derechos de ciudadano. Que se restablezca la separación y autonomía de los poderes públicos de la República de Venezuela. Que no haya persecución, represión, inhabilitación con expedientes prefabricado del Ejecutivo, Judicial, Electoral para el ejercicio de un cargo público por elección popular sin el debido proceso como establece la CRBV.
Los votantes que participaron en las primarias de la MUD fueron ciudadanos comprometidos con los partidos del estatus quo. Fue un proceso de maquinarias a todo dar de propaganda. La comisión electoral que designo la MUD estableció requisitos que muchos aspirantes con liderazgo no podían cumplir (8000 dólares para inscribirse como candidato) fueron rechazados e igual aquellos partidos que no revalidaron ante el cuestionado CNE, pero así es el juego político caribeño, cuando la mesa de juego no es para todos sino para unos cuantos y sin derecho de impugnación frente a los únicos dueños del casino electoral.
Eso se puede leer irónicamente como el fortalecimiento de una institución fundamental como es o deben ser las organizaciones partidistas en Venezuela. Hay que renovar las directivas de todos los partidos y partiditos a nivel nacional ante de solicitar elecciones generales para elegir: Presidente de la república, gobernadores, alcaldes y legisladores.
El chavismo militar tipo cubano ha hecho lo imposible para hacer valer el terrorismo político e inhumano. El gobierno de Maduro reprime con ferocidad; ha inhabilitado dirigentes políticos opositores; ha creado gobernaciones y alcaldías paralelas; la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente de tipo cubana, sin respaldo electoral legítimo, es un organismo paralelo a la Asamblea Nacional soberana del 6D/2015 , ejerce a medias las funciones del Poder legislativo; han ahogado financieramente a gobernaciones y alcaldías opositoras, perseguido, encarcelado y llevados al exilio a importantes alcaldes y gobernadores opositores. ¡Entonces! ¿Podemos creer que el régimen de Maduro y secuaces tiene voluntad política para sentarse a dialogar democráticamente con reglas claras con vocación democrática? ¡Difícil de creer! El espíritu democrático se debe imponer e insistir y sentarse con el adversario y mediadores para demostrar que la Oposición venezolana busca la convivencia, la solución de la crisis económica -social que está matando y excluyendo a la población venezolana.
En Venezuela es casi imposible instaurar un modelo a la cubana, donde solo existe un solo partido político y un pensamiento único en la sociedad: “El comunismo”. Ni aún con el poder de las armas ha sido hasta ahora, posible aplastar o desaparecer las ideas democráticas del ciudadano venezolano que si sabe con hechos lo que es vivir y disfrutar sus derechos en Democracia, no como los cubanos que nunca han tenido un gobierno legitimo ni han vivido en democracia desde la separación en la última colonia del yugo español en América.
El socialismo del siglo XXI, que Fidel Castro definió con mucha claridad como “el comunismo” de este siglo, ha hecho su tarea en Venezuela con el empobrecimiento de la población, la desaparición de la autonomía de poderes, destruyendo la capacidad productiva y convirtiendo a la FAN en brazo armado del PSUV con voracidad inaudita sobre el patrimonio público, hoy están administrando casi todo los cargos de la administración pública sin contraloría ni rendición de cuentas como establece la Constitución Nacional.
El Gobierno de Maduro no es solo una dictadura, sino que muchos de sus altos funcionarios están vinculados a mafias organizadas solicitadas internacionalmente y a la corrupción con violación de los derechos humanos, en consecuencia el gobierno de Venezuela ha sido sancionado por EEUU y quizás por la Comunidad Europea con medidas financieras y políticamente para que busque una salida negociada. El gobierno de Maduro está desde hace tiempo en un LABERINTO que nadie puede sacarlo con vida política, mucho menos salir al exilio dorado, le espera la justicia internacional por violación de los DDHH y crímenes de lesa humanidad.
Hoy en plena revolución tecnológica es imposible la exoneración de los crímenes de lesa Humanidad porque atenta la estabilidad de las naciones unidas. Y, la Corte Penal Internacional no come cuentos para dirimir y sentenciar los criminales, delincuentes respetando la legítima defensa tal cual como en los tribunales de Núremberg Alemania para enjuiciar los crímenes contra la sociedad civil en la segunda guerra mundial que ejecutaron los criminales por orden del dictador, Adolfo Hitler y sus fanáticos.
Maduro proclama que se está próximo a un acuerdo (dialogo) para garantizar la paz y la convivencia, que son entendidos o estrategia por el gobierno como subordinación, claudicación en la lucha por la libertad, o “la paz” de los sepulcros y cárceles. El insiste en el reconocimiento opositor a la fraudulenta ANC, condición que es inaceptable, no solo por la forma ilegal e inconstitucional, sino porque su reconocimiento constituiría un aval para que la ANC continúe “legislando constitucionalmente” destituyendo e inhabilitando a gobernadores, alcaldes, o poniendo preso a los diputados de la legítima AN del 6D/2015, o allanando la inmunidad parlamentaria que tipifica la CRBV/1999, en consecuencia con el propósito de desaparecer el Poder Legislativo, Asamblea Nacional que eligió el soberano pueblo de Venezuela con mayoría calificada.
Si las condiciones anunciadas en el comunicado de la MUD fuesen aceptadas, podría llegar a admitirse que existirían bases mínimas previas para un diálogo. Pero ello es casi un imposible, mucho más si la premisa fuera para reconocer a la fraudulenta ANC de tipo cubano.
En conclusión para nadie es un secreto que la presencia de Nicolás Maduro y sus cómplices militares en el poder resulta indeseable para un 85% de los venezolanos y la mayoría de las naciones que le identifican como artífice u operador de un “gobierno forajido” destructor de las instituciones democráticas, que hunde al país en la mayor miseria, hambruna, crisis humanitaria de nuestra historia, viola los derechos humanos, impone el terrorismo de Estado y practica la represión de manera sistemática y criminal contra la indefensa población civil.
Así de las cosas.