Nunca antes habían aceptado que los funcionarios de las Naciones Unidas, de Derechos Humanos; y de la OEA o de donde sea, visitasen el país para que vieran de cerca lo que pasaba en el país. No sólo rechazaron el ingreso de funcionarios, sino que siempre han condenado las recomendaciones de los órganos internacionales.
Esto lo traigo a flote esta vez porque en días pasados se dijo por las redes que el régimen invitaría algunos expertos entre los cuales un argelino, que se ocupa del tema de las sanciones y un americano-cubano que se ocupa de la democracia. Dos expertos supuestamente independientes que parecen no serlo.
La dirigencia opositora debe estar atenta pues esas visitas planificadas y bien organizadas por el régimen y por los cubanos, más por estos últimos, pueden traer conclusiones favorables a la dictadura. No quiero imaginarme a funcionarios supuestamente objetivos e imparciales hablar de la perfección de la democracia en Venezuela, de los ataques de la oposición y del imperialismo americano y regional. Tampco que las sanciones son solo para destruir el proceso chavista que en sí han constituido una sanción al pueblo que hoy pasa hambre.
Esperamos no ver a estos señores sentados como Zapatero con Maduro, junto a algunos criollos de dudosa reputacion, dando lecciones de democracia y alabando a Maduro y la dictadura del Siglo XXI.
De manera que ahora que la oposición sabe de qué se trata y que los dirgentes de la MUD conocen el plan canalla del régimen, deben actuar y ahora solicitar que además de esos tres señores, muy probablemente inclinados o favorables al bandidaje, inviten otros tres para que se vea la verdad.
Los informes de estos expertos y relatores serán examinados en la próxima reunión del Consejo en el 2018. Es probable que estos bandidos no estén más en el poder; pero será mejor que nos cuidemos las espaldas y actuemos con diligencia y prevención para evitar sorpresas que los medios, esos que manejan bien y que dominan, muestren el paraíso terrenal de Venezuela, que solo ven los chavistas en la tierra de los eternos revolucionarios.
Robert Carmona-Borjas