La novia del responsable de la mayor masacre en la historia reciente de Estados Unidos aseguró el miércoles que desconocía cualquier plan de atacar Las Vegas y se comprometió a apoyar la investigación, reseñó AFP.
Tres días después de que Stephen Paddock matara a 58 personas e hiriera a casi 500 en pleno centro de la meca del juego y el entretenimiento, Marilou Danley, de 62 años, volvió a Estados Unidos desde su natal Filipinas, donde pasaba unos días de vacaciones con un billete que su pareja le compró.
“Nunca me dijo nada o hizo alguna acción que me alertara que algo horrible como esto pudiera pasar”, dijo la mujer de 62 años en un comunicado leído por su abogado.
“Conocí un Stephen Paddock bondadoso, cariñoso y tranquilo (…). Nunca sospeché que estuviera planeando algo violento contra nadie”, insistió Danley, que vive en Estados Unidos hace 22 años y fue recibida en el aeropuerto por el FBI para interrogarla.
El victimario, un contador público jubilado de 64 años, abrió fuego contra unas 22.000 personas congregadas en un festival de música country desde una habitación en el piso 32 del hotel Mandalay Bay. Se quitó la vida antes que llegara la policía.
“Estados Unidos es una nación de luto”, dijo el presidente Donald Trump en una visita a Las Vegas con su esposa Melania. “Cuesta encontrar las palabras para explicar a nuestros hijos cómo puede existir tanta maldad”.
El móvil del atacante sigue siendo una incógnita. Lo que se sabe es que Paddock era un contador jubilado, que le gustaba apostar fuerte y era dueño de un arsenal. Está claro que fue un acto planificado -colocó incluso una cámara afuera de la habitación para saber si la policía llegaba a buscarlo- pero no dejó ni nota, ni carta, ni manifiesto.
La policía investiga además si tuvo algún cómplice.
“Nos llama la atención que este individuo haya podido mover esa cantidad de armamento sin asistencia”, dijo el sheriff Joe Lombardo, que ofreció el número revisado del total de heridos: 489.
Sin nexo con “terrorismo”
Fotografías divulgadas en medios muestran parte del cuerpo del victimario en el suelo de su habitación, junto a varias ametralladoras y muchos casquillos de bala.
En total, 47 armas fueron halladas en el hotel y en su casa en la ciudad de Mesquite, a unos 130 kilómetros de Las Vegas. También se encontraron varios kilos de explosivos, miles de municiones y nitrato de amonio, un fertilizante que puede ser un fuerte explosivo.
Este caso “es un poco diferente de otros que tratamos en el pasado, porque aún no tenemos pistas para determinar la ideología del tirador, o explicar sus motivos”, reconoció a la cadena CNBC Andrew McCabe, subdirector del FBI, que analiza 67 videos de seguridad.
“Tenemos que hacer un gran trabajo policial para juntar las diferentes piezas y armar el rompecabezas”, agregó.
Por lo pronto se desestimó un vínculo de Paddock con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que reivindicó el ataque sin dar pruebas y lo llamó un “soldado del califato”.
El presidente de la comisión de Inteligencia del Senado, Richard Burr, dijo que la matanza a tiros no parecía ser de naturaleza “terrorista”.
“No hablaremos” de armas hoy
El FBI dijo que nadie estaba detenido, al ser consultado sobre el paradero de Danley, que aclaró que los 100.000 dólares que le transfirió Paddock durante su viaje eran para comprar una casa para su familia en Filipinas.
“Estaba agradecida pero honestamente preocupada, primero el viaje inesperado a casa –Paddock le dijo que había conseguido un boleto barato– y luego el dinero era una forma de terminar la relación”.
Estados Unidos, aún conmocionado, conocía las historias de las víctimas y los sobrevivientes, se emocionaba con sus héroes comunes y se afanaba por ayudar como fuera. Un banco de sangre local por ejemplo estaba abarrotado de donantes.
“Vimos una valentía tremenda, la policía, increíble, la gente, increíble. En nombre de nuestro país, de nuestro gran país, queremos agradecerles. Son una inspiración”, señaló Trump, al destacar cómo personas malheridas no dejaban de ayudar a otros en la fatídica noche del domingo.
Y como suele ocurrir después de masacres así, el debate sobre el control de la venta de armas de fuego se reavivó, con varias voces demócratas pidiendo iniciativas legislativas.
Pero Trump, apoyado durante su campaña por la National Rifle Association (NRA), la mayor organización de cabildeo de Estados Unidos, insistió en que no es momento de abordar este tema.
“No hablaremos de ello hoy”, respondió lacónico el mandatario.