Escuchó las detonaciones y de inmediato supo de qué se trataba. Estaba acostumbrado a escucharlas pero en otro contexto. En un contexto mucho más hostil y preparado para ello: el campo de batalla. Matthew Cobos es el hombre cuya fotografía confortando a una de las víctimas de la masacre de Las Vegas recorrió (y conmovió) al mundo, reseña Infobae.
De formación militar, Cobos se enroló en el cuerpo de marines para servir a los Estados Unidos. Y, durante la matanza hecha por Stephen Paddock, resultó uno de esos héroes anónimos, esos ángeles guardianes, que salvan vidas.
David Becker, el fotógrafo de la agencia Getty, contó que Cobos no dudó en ser el escudo humano de la mujer con la que se lo ve. Además de protegerla mientras yace herida en el suelo, el marine parece hablarle para consolarla. Luego, según relató el reportero gráfico, el militar la llevó a resguardo y regresó para seguir salvando vidas.
Matthew Cobos les relató a sus amigos que cuando regresó a ayudar a más gente veía y escuchaba las balas que golpeaban a su alrededor. Eso no lo asustó y continuó con su inesperada misión.
“Una vez que Cobos llevó a la mujer a resguardo, volvió corriendo a la zona de peligro para ayudar a otros que estaban heridos. Utilizó su cinturón como torniquete para frenar la hemorragia de alguno de los heridos y hasta puso sus dedos en las heridas de balas de algunos que habían sido alcanzados por las balas”, contó Becker.
Cobos luego le contaría a sus amigos que cuando regresó corriendo a la imprevista “zona de guerra” veía y escuchaba cómo las balas golpeaban alrededor suyo. Sin embargo, no se acobardó y continuó su marcha para salvar vidas.