El título de este artículo evoca la pregunta por la existencia, que se hizo Hamlet en la obra de Shakespeare y eso se debe a la necesaria interrogante que debemos hacernos hacia nosotros mismos ¿Soy o no soy un demócrata? ¿Soy o no soy libre para elegir una u otra opción y qué significado tiene esto?
Hacernos esta pregunta supone que existen problemas con nuestras nociones de democracia y conceptos que le son muy afines (libertad, soberanía, equidad, justicia…) ya que de ser distinto, este tema sería discusión exclusiva de las academias y no del ciudadano común.
La realidad es que no sabemos qué es democracia, pues en muchos años (sino es que desde su nacimiento en Venezuela) el poder del pueblo se ha limitado a decidir por el candidato que se perfila mejor “el más pana”. Así que, ejercerla de forma “participativa y protagónica” como reza nuestra Constitución no es algo que se practique del todo.
Tampoco sabemos qué es libertad ¿Se es libre cuando no podemos pensar de forma crítica ante la presión incesante que obliga a pensar en comida? ¿Se es libre cuando no se respeta la individualidad de cada persona e incluso para despotricar obscenidades por la diferencia de ideas, es decir, hacer bullying político?
Entonces, en este escenario de vacío conceptual, es decir, de esta antipolítica producida por el desconcierto ¿Qué significa votar y cuáles son las implicaciones en el desastroso devenir al que hemos sido arrastrados?
Hoy votar es demostrar que aunque nos quieran llevar irremediablemente a un totalitarismo, aun nos queda algo de demócratas y esa esperanza, esa voluntad de poder es lo que nos diferencia entre los derrotados por ignorancia y los triunfadores por perseverancia.
Por eso votaré este 15 de octubre, y todas las veces que sea necesario, para no dejar que la democracia muera en mi país, somos pieza fundamental en el proceso de rescate de Venezuela, y se comienza por participar en las elecciones. #YoSiVoto
Heisy Mejías
Secretaria Juvenil de Unidad Visión Venezuela
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