La National Gallery of Art de Washington reúne desde hoy y por primera vez diez de las célebres “figuras de fantasía” del pintor francés Jean Honoré Fragonard con su boceto, descubierto hace cinco años en una subasta en París.
La exposición “Fragonard: The Fantasy Figures” podrá verse hasta el próximo 3 de diciembre en la gran pinacoteca de la capital estadounidense y la entrada es gratuita como en todos los museos del Instituto Smithsonian.
Es la primera vez que se exhibe al público el boceto “Sketches of Portraits” (1769), una fina hoja de papel con tres filas de pequeños dibujos, 18 en total, de los cuales 14 han sido identificados con una de las “figuras de fantasía” del pintor. Cuatro siguen siendo un misterio.
En su famosa serie, Fragonard pinta hombres y mujeres que leen, actúan, escriben, tocan instrumentos o cantan pero con unos toques de extravagancia que ampliaron las fronteras de lo considerado aceptable en los retratos de su época.
Son pinturas de trazo ágil y ejecución rápida, colores potentes, con fuertes rojos y negros y personajes recargados con capas, sombreros emplumados y pomposas blusas.
En “Fragonard: The Fantasy Figures”, la National Gallery de Washington no solo presenta los resultados de las últimas investigaciones sobre esta serie sino que también examina la sociedad parisina del siglo XVIII en el que fue creada.
“Es la primera exposición que une las figuras de fantasía con el boceto descubierto recientemente y se enfoca en este aspecto de la producción de Fragonard de una manera potente e íntima”, explica el director de la pinacoteca, Earl A. Powell.
La aparición del boceto dio lugar a una investigación de dos años sobre la célebre obra “La Liseuse” (1770-1772), “Muchacha leyendo”, una de las piezas más preciadas de la colección permanente de la National Gallery de Washington.
Ese estudio concluyó que el cuadro era parte de la serie “figuras de fantasía” y arrojó luz sobre la concepción del pintor respecto a este conjunto de retratos.
De los 18 dibujos que aparecen en el boceto de esta serie, 17 tienen un nombre escrito, lo que permitió identificar claramente al cuadro “Muchacha leyendo” como parte del conjunto.
Se presume que los nombres corresponden o bien a la persona retratada o bien al mecenas de la obra.
A medida que esos nombres se asocian a individuos conocidos, las “figuras de fantasía” se revelan como verdaderos retratos.
La muestra incluye obras de coleccionistas privados que se han prestado de manera muy excepcional, entre ellas algunas que no estaban juntas desde la exposición “Fragonard” que hizo el Musée du Louvre de París en 1987.
Una obra que ha viajado desde la gran pinacoteca francesa es “M. de la Bretèche” (1769), un retrato del adinerado hermano de uno de los mecenas más devotos del pintor, Jean-Claude Richard.
El arte de Fragonard es inseparable de la ciudad en la que vivió: París.
Su carrera comenzó durante el reinado de Louis XV (1715-1774), cuando el París prerrevolucionario era de facto la capital de Europa, un crisol de culturas muy poblado donde interactuaban intelectuales, aristócratas, burgueses y comerciantes.
Los modelos y mecenas de Fragonard procedían de diversos ambientes, algo que se refleja en sus “figuras de fantasía”: retratos de aristócratas y financieros junto a los de artistas y editores.
El descubrimiento reciente de las identidades de estos personajes certifica que las redes profesionales y sociales del pintor eran mucho más amplias de lo que hasta ahora se había pensado.
Cristina García Casado/EFE