Olga Hidalgo de Curiel: ¡Culpables son todos!

Olga Hidalgo de Curiel: ¡Culpables son todos!

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Todos tienen culpa. No hay excusas ni ridículas declaraciones que atentan contra nuestra inteligencia.





Unos son culpables por omisión y otros por comisión… “la culpa no la tiene el ciego como el que le dio el garrote”. Eufórico el burgomaestre local levanta los brazos del candidato de su parcialidad en ademan de apoyo y asume con desfachatez su culpa en el desastre de Coro, exime al candidato de culpabilidad y con ello irrespeta a los corianos y también a los seguidores que aún con todo el lastre que exhibe la  gestión municipal son fieles a la causa pero tienen sentido común y vergüenza.

Otras prominentes figuras con el mayor cinismo y desparpajo asumen sus errores e impúdicamente piden que se le crea al candidato que no tiene responsabilidad de nada porque “él si arreglará esto”, por cierto que el susodicho desde los tiempos de gloria del Chavismo, a paso de vencedores ha ocupado altísimas responsabilidades en las que no demostró dolencia e influencia para el desarrollo del Estado Falcón.

 

Pareciera que hay una orden suprema que ante la catástrofe evidente e innegable les pone como penitencia u obliga a desmarcarse y hacer el ridículo con dichas aclaratorias que en vez de “iluminar oscurecen y escandalizan”.

 

La responsabilidad es de una gestión de casi dieciocho años, basado en un proyecto: Socialismo siglo XXI, con música y letra, además era el himno a un cambio redentor que encarnaba el supremo comandante en el cual muchos creyeron y apostaron, compartiendo el festín de Baltazar llámese PDVSA, CADIVI, Arco Minero, etc.

En la comarca coriana, falconiana, esas posturas nos remiten a situaciones dictatoriales  en la  que  los bienes de la nación fueron usufructo de unos pocos, el enriquecimiento voraz del nuevo riquismo avasallante y descarado, que  ha hecho del disfrute obsceno su credo.

La comunidad que no es tonta se enardece cuando se trata de confundirla con actitudes hipócritas y serviles. Para el candidato que exhiben con credencial de joven, que presumo con criterio claro y respeto por sí mismo, por muy camaradas que sean, debe sentir pena ajena.

“Échame a mí la culpa de lo que pasa… Culpable soy yo”…

¿De quién fue la culpa? … No quiero saberlo. Son temas para el despecho y la rokola pero nada justifican, no caben en la oscurana de la hora, ni en la sed de la gente, ni en el hambre y la necesidad, ni en las medicinas que huyeron para curar enfermos, no son paliativos esperanzadores las excusas que corren por las redes ni los “mea culpa” que se escucharon en las emisoras; asuman sus errores de pié, sin rodilla en tierra, están al desnudo, lo demás es un triste espectáculo que no edifica. Hay una fecha de vencimiento, día de dar cuenta con valentía de seres humanos que se respetan y nos respetan a todos.

El único eterno es Dios, lo demás pasa. Esa es la lucha y continúa…

El próximo 15 de Octubre hay que votar sin miedo por la democracia que nos permite conquistas definitivas y compatibles con nuestra dignidad humana y con los atributos de una ciudadanía responsable. Unidad no es palabra vana es actitud generosa digna que no deja llevar por la mezquindad, el odio y las ambiciones personales, porque el gran objetivo es sacar el Castro-Comunismo de nuestra Venezuela y este totalitarismo aberrante y castrador y volver a los caminos perfectibles de la Democracia.

Les confieso he votado siempre con mi tarjeta verde de la Democracia Cristiana. Hoy Venezuela puede más que mi apego al verde color de mi tarjeta. Les invito a votar blanco por Eliezer Sirit  candidato de la Unidad!