La Dirección Política, el G4 de la MUD se equivocó y pisó el peine del régimen forajido. Repitió hasta la saciedad que si acudíamos a votar el 15 de octubre por Gobernadores, no había manera de hacer fraude con testigos en todas las mesas y no fue verdad. Hubo Mega Fraude y la Dirección perdió credibilidad. Votamos con el mismo CNE que había cometido el reciente mega fraude de la fraudulenta ANC cubana. La sociedad democrática quedó defraudada en su confianza. Urge de cajón una nueva Dirección Política que incluya entre otros a María Corina Machado, Andrés Velasquez y a Antonio Ledezma.
Falló otra vez la MUD en la comunicación, el fraude la dejó en silencio y sin discurso. Terrible la imagen proyectada por el rector Rondón bajando las escaleras detrás de la desprestigiada y rea de delitos cuando haya justicia, Lucena. La Conferencia episcopal le echó la cruz al CNE.
Le faltó coraje al G-4 cuando sobrevino el cambio delincuencial de las condiciones 48 horas antes del proceso, las migraciones, de llamar determinante a no participar. Repitieron con insistencia que no se trataba de fraude sino de obstáculos superables y se pelaron de bola a bola.
Estaba cantado el fraude, se fracturó la Unidad y requerimos una nueva conducción. Hay que retomar la ruta soberana del 16 de julio, no sigamos con rutas equivocadas y convirtiendo en derrotas las grandes victorias. En Venezuela se impuso el crimen organizado con fraude monumental y se burló el claro deseo de cambio.
Perentorio es levantarnos y reorganizarnos sin pérdida de tiempo. La causa común es el cambio de la satrapía colonizada por Cuba y luchar por un nuevo sistema electoral libre de condiciones fraudulentas.
Los ciudadanos cumplieron, inclusive los que estábamos persuadidos de no participar bajo esas condiciones jamás nos convertimos en promotores de la abstención. La MUD fue a las elecciones sin estar preparada para demostrar el fraude. El tiempo que pasa, es la verdad que huye. La excepción la marca el auténtico dirigente popular Andrés Velásquez, quien con actas en mano demostró el fraude descarado, que pretende favorecer a un militar cuestionado y sancionado, gris y anodino
Contra las autoridades electorales invocamos los artículos 333 y el 350 de la Constitución, que llaman a desconocer a organismos usurpadores y obliga y legitima combatirlos. El voto de hoy no elige.
El drama de estos 20 años de ignominia en la que quedó proscrita la alternabilidad, es la ruptura del valor trabajo como mecanismo de superación de un país viable. En 1998 disponíamos de 12.700 empresas industriales y hoy se reducen a 3.500 que marchan al 30% de su capacidad. Maduro destruyó la moneda, mecanismo de intercambio y de resguardo.
¡No más prisioneros políticos, torturados ni exiliados!