Hasta las últimas elecciones para mí fue un misterio entender las razones que llevan a que cada comentarista, intelectual, locutor, lectora de runas o simple fablistán repita eso de “los ojos del mundo están puestos en Venezuela”, días antes de los comicios.
Solo después de haber escuchado algunos de los perdedores en estas regionales signadas por el abuso de poder, entendí que la manida frase no significa que el Presidente del Sumitomo Bank, por señalar cualquier poderoso del mundo financiero, la mañana de nuestras elecciones, con los ojos aún llenos de lagañas, al levantarse obligado le preguntara a su valet “quien ganó en Venezuela”. Nada de eso pero como en toda mentira siempre hay algo de verdad tampoco se puede afirmar que la manida frase esté totalmente equivocada.
Apenas la señora Lucena, acompañada de los otros Rectores, dio el veredicto, ya algunos de los perdedores culpaban por sus derrotas a “los abstencionistas”, tribu que siempre existió en nuestro país pero que en honor a la verdad no era ni es grande por falta de vocación de poder.
La explicación escuchada a los perdedores, a los unos y sorprendentemente también a algunos de los otros, nuestras elecciones por lo que de ella se colige no merecen la atención del mundo en general pero si son de interés por parte del académico espacio de los politólogos: Es decir que según Arias Cárdenas, Carlos Ocariz, Aristóbulo Istúriz, Ismaél García, Bernabé y otros perdedores… la culpa de su derrota no es “de la vaca” como propone un librito de autoayuda que años atrás, en pleno auge petrolero los buhoneros solían ofrecer en el canal rápido de nuestras autopistas atestadas de vehículos… sino de los que no votaron por ellos!!!
Estos perdedores en adelante serán conocidos en el mundo de los estudios políticos por inventar una teoría que por novedosa debe tener “los ojos del mundo” apuntando a nuestra geografía: Señoras y señores, según los directores generales de la Mud el libre albedrio de los electores ha dejado de existir en nuestro país porque todo venezolano que se sienta estafado con los resultados que tras dieciocho años exhibe el gobierno chavista y ahora madurista… según estos politólogos tapa amarilla está obligado a votar por cuanto bicho de uña postule la alianza opositora.
No es nuevo ese estilo de pensar en nuestro país y ni siquiera fueron los ignotos sucesores del Chúo Torrealba quienes tienen la patente de semejante invención: ¡Por increíble que parezca el innovador fue Diosdado Cabello cuando dirigía todopoderoso la Asamblea Nacional y observó que su bancada se estaba contaminando del virus que llevó a don Ismael García a dar la cabriola que le elevó desde el abismo de ser el padre de la infame Lista Tazcon –inmerecido nombre porque igual ha podido llamarse Sumate o Ismael- para pasarse con armas y bagaje a una oposición que le recibió con las piernas abiertas!
Diosdado Cabello, debemos recordarlo, en aquél tiempo inventó una abusiva y malandra ley que la prensa denominó “anti salto de talanqueras”. Ese instrumento legal, aún vigente porque la nueva A. N. no lo ha derogado, contemplaba la pérdida de su curul para el parlamentario que decidiera cambiar de chaqueta –todos originariamente pertenecían al PSUV merced a la estupidez de dueños de medios que le aconsejaron a la oposición legalizada en el CNE… abstenerse de presentar candidatos a diputados nacionales porque así “caía el gobierno”-.
Gracias a ese “instrumento legal” la fracción de garrochistas no creció y don Ismael siguió como jefe de la oposición parlamentaria.
A pesar de que el adefesio legal rompe no solo con los principios de la Constitución vigente, con el derecho romano, las leyes de Indias y costumbres autóctonas, razones no faltaron en la hora de ser presentado para su discusión entre cuates.
¡Diputado que se saliera de su bancada sería excluido de la Asamblea Nacional y punto! Recuerdo que el diputado al Parlatino, Henry Ramos Allup, dio en esos años unas declaraciones que pronto serían silenciadas por contraproducentes: Para el abogado y jurista Ramos Allup… la ley era impecable.
¡De esos lodos vienen estas pendejadas que llevan a que Carlos Ocariz, Ismaél García, Bernabé y otros… se quejen porque los electores que no votaron por el ellos… se abstuvieron y son culpables!!! ¡Como si estuviesen obligados esos electores en el caso de Miranda a votar por un candidato que tiene su municipio abandonado, que no presentó programa alguno para comenzar a desmontar la maraña intervencionista que en gran parte justifica la hiperinflación que azota a nuestra gente, que dio muy mala impresión en su campaña y que ni siquiera envió un asistente a visitar los municipios opositores!!!
La Mud, que debe ser sustituida por algo que merezca la pena, no entendió que ante un gobierno totalitario no se puede ir a elecciones pensando en ganar por un margen del 10 o 20 %. Digamos que 6 votos contra 5.
Para ganar y cobrar contra el oficialismo es necesario prepararse para sacar el 80 % de los votos válidos… tantos como para incendiar medio país si pretende el gobierno hacer trampa.
Para ello y aquí radica el problema… es indispensable sembrar en la población la idea de que si hay esperanza porque la alternativa no es socialista, intervencionista, centralista y definitivamente militarista. Lo que no es y no quieres ser la Mud.
En Baruta y aquí termino, Ocariz ganó con 90. 000 votos contra 20. 000 de Héctor Rodríguez… más de los que obtuvieron Gerardo Blyde y Capriles la primera vez que ganaron la alcaldía… de manera que a pesar de que el perdedor no visitó el municipio… si respondimos los electores –para quienes opinan sin saber aclaro que voté y hasta llevé vecinos a votar porque fui de los electores emigrados-… pero el problema no fueron los abstencionistas cuya mayoría atribuyo a quienes puestos a elegir entre la Mud y el gobierno optaron por largarse del país… tampoco culpables son los que no pudieron retirar sus fotos del tarjetón por abusiva medida de la Lucena… Enrique Mendoza por ejemplo solo sacó 200 o 300 votos.
Una mayoría inexpugnable solo puede venir del lado del capitalismo denostado por quienes quieren mantener la población en la miseria y la ignorancia… para explotar en su provecho personal lo que queda de la PDVSA estatal… ni el gobernó ni la Mud desean saber de esto. ¡La culpa no fue de la vaca!