Con un aura de sencillez y como la mayor representación del amor maternal, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá baja hoy de su nicho para abrazar a sus hijos. Así lo reseña laverdad.com
Este año, La Bajada de la Chinita está envuelta en un hálito de serenidad, de esa sencillez que reviste a la Virgen Morena. El presbítero Nedward Andrade, párroco de la Basílica, asegura que la idea es devolverle la solemnidad a los actos litúrgicos.
A las 5.00 de la tarde inicia la homilía de antesala, que será oficiada por Monseñor Freddy Fuenmayor Suárez, Obispo de Los Teques nacido en el Zulia.
Posterior a la liturgia, luego de que el retablo esté en brazos de la feligresía, se realizará el recorrido en procesión por la calle 96 (Ciencias), el Monumento de la Virgen, la calle 95 (Venezuela), la avenida 10 (Casas de la Tradición), la calle 93 (Padilla), la calle 92 (Pacheco), la avenida 9, la Calle 91-B, la avenida 8-A, la calle 91-A, la calle 91 (Candelaria), la avenida 12 (El Recreo – Padre Áñez), para posteriormente regresar al santuario.
Este año el Beso a la Virgen será el domingo 29 de octubre, para darle la oportunidad a toda la feligresía de poder rendirle honores a su patrona. Al culminar la procesión Los Chiquinquireños ofrecerán la tradicional serenata a la China.
María serena y sencilla
Vicente Izarra, presidente del Grupo Santa Eduviges, que se encarga todo lo referente a la decoración de la patrona, explica que el concepto que se maneja es de elegancia, sencillez y serenidad.
El manto que lucirá la Chiquinquirá fue elaborado por el diseñador Nidal Nouaihed y está confeccionado en una mezcla de azul y blanco. “Esos son los colores predominantes en la decoración, que será sencilla y hermosa como María”, comentó Izarra y detalló que el mesón de la virgen lucirá rosas blancas.
Para la procesión del 18 de noviembre, La Chinita llevará la misma túnica del año pasado. “El retablo se vestirá con el Manto Internacional, que está adornado con más de 600 medallas enviadas por los venezolanos que están en el exterior. Con esto se envía el mensaje de que la virgen no se viste para vestir a sus hijos”, asegura el decorador en alusión a que durante estas fiestas patronales la iglesia solicito a los feligreses sustituir las ofrendas florales por un kilogramo de comida, que será donado a quienes no posee recursos para comer.