No haber recibido el dinero por la venta de la pantalla de una Canaimita fue el detonante para que un adolescente de 16 años planificara el asesinato de su vecino e hijo de la compradora del artefacto. Así lo reseña laverdaddevargas.com
Por Amy Torres
El dantesco crimen ocurrió a las 8:00 pm en la cuarta curva de Colinas de Ezequiel Zamora, en Catia la Mar, en una humilde vivienda donde se encontraban la víctima, de 17 años, junto a su hermano de 10 años.
Hasta la casa llegó el homicida, quien el viernes se había llevado escondido unos zapatos Reebok del jovencito como parte del plan para acabar con su vida.
-“¿Me puedes prestar tus zapatos? Están debajo de la cama de tu mamá, ve para allá a buscarlos”, le habría dicho al joven, que extrañado por no encontrarlo donde los había dejado el viernes hizo caso a la recomendación de su vecino y amigo.
Ese fue el momento perfecto para que fuera atacado. La víctima estaba de espaldas, casi al ras del suelo.
-¡Así te quería conseguir, bicho! ¿Ahora vas a gritar?
Al menos cuatro cuchillos utilizó para quitarle la vida, así como un machete con el que prácticamente le desfiguró la cara. De la saña con la que actuó fue testigo el hermano de la víctima, que lo que hacía era llorar y pedirle a su vecino que dejara en paz a su hermano mayor.
Luego de cometido el hecho, el adolescente se llevó al niño a su casa, prendió el televisor a todo volumen y abrió el gripo del baño, con la intención de que el otro menor muriera desangrado, tal y como finalmente ocurrió.
Casi media hora después llegó a la vivienda la madre de la víctima, Jrssy Urbano, quien se mostró extrañada por el ruido de la TV. Luego, cuando comenzó a buscar a sus dos hijos, escuchó varios golpes en la pared que provenían de su cuarto, adonde se acercó y vio el cuerpo del segundo de sus cuatro hijos bañado en sangre. “¡No me dejes morir, mamá. Busca a mi hermano, búscalo!”, eso fue lo que me dijo.
“Como pude me moví con los vecinos para ayudarlo, pero mi muchacho no aguantó y murió por la Milani. Como ya varios vecinos habían avisado al Cicpc, estos llegaron rápido y comenzamos a buscar al más pequeño”, relató entre lágrimas la afligida madre.
Para sorpresa de los sabuesos del Eje contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y de Polivragas, que también se sumaron a la búsqueda, el niño de 10 años estaba en la casa del homicida, a quien lograron atrapar en tiempo récord.
Según la madre, el niño le dijo: “a mí también me iba a matar, mamá. Él estaba hablando por teléfono y me iba a llevar a Tanaguarena. Me tenía en su casa secuestrado”.
La víctima deja a un bebé de un año de edad y a otra adolescente embarazada. De acuerdo con sus familiares, trabajaba como pescador y colector por esas dos responsabilidades.
Además, se supo que por tres meses debió presentarse ante el Circuito Judicial Penal de Miranda, extensión Barlovento, tras ser involucrado en el hurto de un dinero a una casa. Con este hecho violento se rompe la racha de 23 días sin homicidios en el Litoral Central.