La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) consideró que el Gobierno venezolano “multiplica los mecanismos de censura” contra la prensa, mientras que en Cuba la situación “no puede ser peor”.
La organización, que integra a más de 1.200 medios de comunicación de la región, alertó que en América se ha “consolidado” un “patrón de agresiones” contra el periodismo por parte del crimen organizado y de los Gobiernos, reseñó Efe.
Igualmente, denunció que la prensa vive una conducta de “persecución y acoso” en países como Venezuela, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Honduras, México, Paraguay, Perú y República Dominicana. No obstante, dijo que en Ecuador hay ahora “un clima de mayor respeto a la libertad de expresión”.
“El hostigamiento a la prensa se manifiesta también en las legislaciones”, con casos en Venezuela, Colombia, El Salvador o Ecuador, donde “aún se mantiene vigente la estructura legal heredada del Gobierno anterior que creó un sistema procesal (…) en contra de la libertad de prensa”, detalló en su comunicado la SIP, que hoy concluyó en Salt Lake City (Utah, EEUU) su 73 Asamblea General.
“La violencia en contra de los periodistas y los medios, la proliferación de leyes y proyectos que intentan controlar la actividad periodística, unidos a las presiones de parte de las autoridades y a la falta de acceso a las informaciones oficiales” son, según la SIP, los principales obstáculos a la libertad de prensa.
Lamentó, además, el asesinato de, al menos, 18 comunicadores, 10 de ellos en México y 3 en Honduras. “Los asesinatos son la expresión máxima de brutalidad que puede alcanzar la censura. Pero no termina ahí la persecución a los profesionales de la comunicación”, añadió.
La organización lamentó que “los medios en Estados Unidos, en general, permanecen bajo el asedio de una fuerte retórica contra ellos liderada por el presidente Donald Trump”.
Las acusaciones de “fake news” o “noticias falsas” como una estrategia de funcionarios y Gobiernos para “desacreditar el trabajo de los informadores” han servido para “crear desconfianza en los informadores e incluso alentar actitudes agresivas hacia ellos”, según la SIP.
Precisamente en este país, se han registrado un mínimo de 31 agresiones físicas contra periodistas y un número similar de detenciones de comunicadores mientras realizaban su trabajo por parte de policías en lo que va de 2017.