La sentencia 907 de la sala constitucional del tribunal supremo de justicia, en fecha 28 de octubre de 2016, pretendió zanjar el asunto de la nacionalidad de Nicolás Maduro. Zanjar, en estricto español significa: “Resolver de un modo definitivo un asunto que presenta dificultades o inconvenientes”. El tema de la Partida de Nacimiento de quien ocupa la presidencia de Venezuela, no está para nada resuelto ni concluido.
La ponente fue la magistrada Gladys Gutiérrez Alvarado, quien señala en su currículum poseer una “especialización en Derecho Constitucional de la Universidad española Menéndez Pelayo lo cual fue negado por ésta. Con ese título falso se inscribió como aspirante a la magistratura judicial”, tal cual lo afirma el abogado Carlos Ramírez López en la página web Medium, donde agrega que, Gutiérrez Alvarado dice haber presentado una tesis doctoral en la Universidad de Zaragoza ante un jurado integrado por Juan Carlos Monedero, Francisco Palacios Romero y José María Pérez Collados, dirigentes del partido PODEMOS, organización política financiada por la revolución chavista.
La sentencia asevera que Nicolás Maduro es venezolano por los cargos que ha ocupado en estos 19 años: diputado del Congreso Nacional y Asamblea Nacional de la que fue también su presidente, constituyente, canciller, vicepresidente y desde 2013 presidente de Venezuela. Varios de estos cargos exigen por constitución el ser venezolano por nacimiento y no poseer otra nacionalidad. El escrito alega que dichos requisitos fueron “debidamente verificados sin que se hubiera inventado la coexistencia de otra nacionalidad ni dudado de la actuación de los órganos del Estado que intervinieron en la verificación”.
Si es un invento ¿por qué no muestra el señalado la Partida de Nacimiento venezolana y se acaba el cuento? ¿Cómo no dudar de un Consejo Nacional Electoral que tiene bajo su potestad el registro civil nacional y su presidenta, Tibisay Lucena, expresó en medios de comunicación que la nacionalidad de Maduro “no es un tema del CNE”. Si no le corresponde a ese organismo ¿a quién entonces?.
Además, la Ley de Nacionalidad y ciudadanía en su artículo 17 prevé el otorgamiento del Certificado de Nacionalidad venezolana por Nacimiento “a los solos efectos del ejercicio de los cargos que la Constitución reserva a los venezolanos por nacimiento sin otra nacionalidad. ¿Exigió el CNE dicho certificado?
Una cosa es tener el derecho a ser colombiano y otra el serlo, señala el escrito. ¿Por qué tendría el señor Maduro ese derecho? Porque su madre, Teresa de Jesús Moros Acevedo, es colombiana de nacimiento como consta en la Fe de Bautismo inserta en el libro 1, folio 195 del año 1929 de la Parroquia de San Antonio de Padua en Cúcuta, Norte de Santander, Colombia. En los archivos digitales de la Registraduría colombiana consta que Teresa de Jesús es nacional de ese país.
El artículo 96 de la Constitución de Colombia de 1991 expresa que son nacionales colombianos:
“1. Por nacimiento:
1.a) …que el padre o la madre hayan sido naturales o nacionales colombianos o que, siendo hijos de extranjeros, alguno de los padres estuviera domiciliado en la Republica en el momento del nacimiento y;
2.b) Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra extranjera y luego se domiciliaran en territorio colombiano o registrasen en una oficina consular de la República”
En el supuesto que Maduro hubiese nacido en Venezuela (La Candelaria, Caracas, como afirma la ponente según la Partida de Nacimiento venezolana objeto de estudio pero que no anexa y que nadie ha visto) aún así, Maduro es colombiano por ser hijo de colombiana y porque se domicilió allí durante su juventud, estudiando en los colegios San Tarsicio Carora y Antonio Nariño del Callejón, ambos en Cúcuta e integrado una selección juvenil de baloncesto.
En la sentencia no nombran jamás a los progenitores de Maduro, mucho menos de dónde son oriundos. Nicolás Maduro García (el padre), aparece en varios documentos como nacido en 3 localidades distintas del estado Falcón, pero su Partida de Nacimiento tampoco aparece en ninguna parte del territorio nacional. Lo que sí se conoce es que estudió en el colegio José Eusebio Caro de Ocaña, Colombia, y que su madre, María Presentación García, -abuela paterna de Nicolás Maduro- era natural de Pamplona, Colombia. Por lo tanto, el padre de Maduro, de haber nacido en Venezuela (cosa que desconocemos), también tendría la nacionalidad colombiana.
La sentencia 907 no zanja el tema, más bien incrementa las sospechas sobre su doble nacionalidad. El año pasado, un grupo de venezolanos, encabezado por Enrique Aristeguieta Gramcko, intentamos que la AN presidida por Henry Ramos Allup, se abocara a su discusión por ser de interés y soberanía nacional. No lo hizo. Hoy, a luz de los últimos acontecimientos, la participación de la MUD en elecciones de gobernadores convocadas por una constituyente ilegítima, fraudulenta y no reconocida por 50 gobiernos del mundo y enfilándose a las de alcaldías, entendemos que la intención no fue el cumplimiento de la Constitución, sino el mantenimiento de algunos “espacios” para fines partidistas y/o particulares.
Ahora, en medio de la crisis humanitaria que atravesamos, la violencia desatada, la inflación desbordada y el desmantelamiento de la MUD, se nos abre un camino esperanzador. El trigo se separó de la cizaña y no tengo dudas que lograremos el cambio de régimen. Los verdaderos opositores somos mayoría, forcemos pues para que se cumpla la constitución en sus artículos 41 y 227 que impide, a quien posee doble nacionalidad, ejercer la presidencia de la República.
Civiles y militares institucionalistas estamos llamados a defender nuestra soberanía, oponernos a la dictadura impuesta por otra nación y abrir un futuro prometedor para todos. Hagamos nuestro el tema de la nacionalidad de Maduro, impongámoslo con fuerza y coraje para que se haga público el documento que develará la verdad sobre dónde nació el personaje que pretende eternizar su tiranía en nuestro país a punta de hambre, enfermedad y violencia.
¡Muestren La Partida!
@NituPerez