El Señor de los Anillos es la máxima epopeya fantástica de nuestra literatura contemporánea y su adaptación fílmica, a cargo de Peter Jackson, es por su parte una obra maestra del cine de fantasía. ¿Existe necesidad de volver a adaptar el libro a un formato fílmico? Personalmente, creo que no, pero Amazon y Warner Bros. piensan todo lo contrario, reseñó Vix.
Aparentemente, ambas empresas estarían en negociaciones para adaptar las tres novelas icónicas de J. R. R. Tolkien a formato televisivo. El éxito previo de Game of Thrones, otra gran epopeya fantástica convertida en serie, parece haber sido el factor detonante para el interés de ambas empresas en adaptar El Señor de los Anillos a la televisión.
Cabe destacar que hasta ahora no hay ningún contrato firmado, aunque la intención de ambas partes existe y en cualquier momento podría convertirse en realidad. La mala recepción de los fanáticos frente a la saga de The Hobbit seguramente sea uno de los factores detonantes de la intención de Warner Bros., quienes a su vez recién este año pudieron subsanar los litigios legales con los herederos de Tolkien. Por otra parte, los films de la trilogía El Señor de los Anillos fueron tan excelentes que nos cuesta imaginar una adaptación diferente.
Pros y contras de la adaptación a TV
La posible adaptación de El señor de los Anillos a la televisión tiene aspectos positivos y otros negativos. Dentro de los primeros, el formato de serie de TV brinda la posibilidad de explicar y representar cada aspecto y situación del libro en su máximo nivel de detalles.
Quiero decir, podrían aparecer todos los momentos y personajes eliminados de la adaptación de cine por motivos de tiempo, como ver al gran Tom Bombadil en acción o la batalla por retomar el control de la Comarca luego de la gesta de Frodo y Sam y la destrucción del anillo en el Monte del Destino.
Todo esto siempre y cuando la producción se encargue de respetar la esencia del libro, claro.
En cuanto a aspectos desafortunados, el más visible y marcado es la cercanía temporal con la trilogía de películas de Peter Jackson, un remake —por más que sea televisivo— suena de buenas a primeras como una apuesta tan arriesgada como innecesaria.