La crisis financiera que vive Venezuela golpeó el martes las acciones de Rosneft, que prestó miles de millones de dólares al país latinoamericano, pese al gran aumento de las ganancias trimestrales en la mayor compañía petrolera de Rusia.
S&P Global Ratings declaró a Venezuela en default selectivo después de que el país no pagó 200 millones de dólares por el cupón de sus bonos 2019 y 2024 dentro del período de gracia de 30 días.
La petrolera estatal Rosneft ha estado comprando un volumen creciente de crudo venezolano, al tiempo que ha ampliado sus préstamos al gobierno de Nicolás Maduro. En agosto afirmó que había efectuado prepagos de alrededor de 6.000 millones de dólares a la petrolera estatal venezolana PDVSA.
Las acciones de Rosneft cerraron la sesión con un declive del 3,29 por ciento, a 314,30 rublos. “Parece que las acciones se vieron afectadas después de que S&P rebajó la calificación de Venezuela”, dijo una fuente del mercado con sede en Moscú.
Pavel Fyodorov, un vicepresidente de Rosneft, dijo en una teleconferencia que Venezuela está pagando su deuda a tiempo a un ritmo de “cientos de millones de dólares” y afirmó que la compañía no planea prestar más dinero al país sudamericano.
Los problemas en Venezuela opacaron las noticias sobre un alza del 80 por ciento en la utilidad del tercer trimestre en Rosneft, que se está beneficiando del aumento de los precios del crudo. El petróleo referencial ruso de los Urales ganó un 7,5 por ciento en términos de rublos durante el trimestre.
(1 dólar = 59,4700 rublos)