Emprendió el viaje de Londres a Papúa Nueva Guinea hace poco más de un mes. El objetivo era adentrarse en la selva para reencontrarse con la enigmática tribu perdida de los Yaifo, a la que había conocido hace 30 años.
Benedict Allen es un experimentado explorador. En sus 57 años atravesó por todo tipo de aventuras extremas. Desde introducirse en un nido de cocodrilo para pasar un rito de iniciación, hasta tener que comerse a su propio perro para sobrevivir.
Sin embargo, esta vez fue diferente. Pasaron tres semanas en las que nadie tuvo siquiera el más mínimo rastro de él.
Katie Pestille, su hermana mayor, dijo que el pasado lunes era la fecha límite en la que esperaban saber algo de él, pero no hubo ninguna novedad. “Es horrible”, había dicho a la BBC.
La embajada británica y sus conocidos en Papúa Nueva Guinea lo buscaban intensamente, hasta que en las últimas horas llegó el esperado alivio. Las autoridades confirmaron que fue visto en una pista de aterrizaje en una zona rural.
Estaba bien, pero pidió ser rescatado. “Aún no está fuera de peligro”, advirtió el corresponsal en el país de la cadena británica. Se espera que en las próximas horas puedan llevarlo hacia su casa y saber qué pasó en el tiempo que no se han tenido datos sobre su paradero.
Su agente confirmó también que se está alistando la misión de rescate.
Información MSN